Tintoretto: pinturas famosas

Tintoretto fue conocido tanto por la variedad de temas que empleó en sus cuadros como en la de técnicas. Así, este pintor renacentista pintó tanto en lienzo como al fresco, adquiriendo con los años una evolución hacia el manierismo y convirtiéndose en uno de los grandes precursores del Barroco. Una evolución que los teóricos del arte sitúan en torno al año 1540.

En sus obras más destacas podemos apreciar su dominio de los efectos de luz, del color, especialmente de colores vibrantes, y su gusto por composiciones dramáticas. Además, Tintoretto fue conocido por la rapidez, la precisión y la calidad con la que realizaba sus obras, así como por la gran agudeza psicológica con la que realizaba sus retratos.

A continuación te presentamos algunas de las mejores obras de Tintoretto.

Aquí te descubrimos a otros de los representantes de la escuela veneciana más destacados.

Este óleo sobre lienzo (210x533 cm) está considerado como una de las obras más importantes de Tintoretto, encontrándose expuesto en la actualidad en la sala 025 del Museo del Prado, Madrid. En esta pintura de corte religioso, Tintoretto representa una escena del Evangelio de San Juan. Concretamente uno de los momentos de la Última Cena, el lavatorio de pies que Jesús realizó a sus discípulos. En la obra podemos apreciar a Cristo y a San Pedro en uno de los extremos del cuadro, empleando así la perspectiva de una forma dramática.

El cuadro le fue encargado en el año 1547 por la Scuola del Santísimo Sacramento de la Iglesia de San Marcuola en Venecia. Un cuadro con el que se buscaba exaltar la humildad y el lado humano de Cristo, algo habitual en los textos devocionales de aquellos años y en los que se inspiró Tintoretto para recrear la escena.

Además, la obra nos muestra la cercanía del autor a los “poligrafi”, escritores populares que se distanciaban de lo que se denominaba alta cultura y aunaban la religiosidad con el humor, algo perceptible en gestos como las dificultades de los apóstoles para desprenderse de sus ropajes para el lavatorio.

También podemos apreciar la laboriosidad del proceso creativo de Tintoretto a la hora de recrear el escenario y hacer la composición de la obra. El concepto del espacio que despliega Tintoretto en esta obra es ya de corte manierista, influido por el manierismo toscano, algo que se evidencia en el uso de fondo arquitectónico y en el despiece octogonal del pavimento.

Esta es otra de las obras del pintor Tintoretto más importantes. Aquí nos encontramos con otro de los temas recurrentes dentro de la Historia del Arte occidental, y tratado por muchos artistas: la historia de Susana, relatada en el Antiguo Testamento, en el capítulo 13 del Libro de Daniel. La historia de cómo la joven y bella Susana es espiada por dos hombres viejos era un tema perfecto para incluir un desnudo femenino lleno de sensualidad y, a la vez, subrayando la castidad y firmeza de convicciones de la joven.

Es un óleo sobre lienzo de 58x116 centímetros y se exhibe en la sala 044 del Museo del Prado. El cuadro forma parte de un conjunto de seis pinturas apaisadas inspiradas en textos de la Biblia, la mayoría historias en las que las mujeres son protagonistas: Susana y los viejos, Esther ante Asuero, Judith y Holofernes, La reina de Saba ante Salomón, José y la mujer de Putifar y Moisés salvado de las aguas.

Tintoretto empleó un mismo esquema cromático en toda la colección, además de acentuar el dibujo y enlazando todos los cuadros a través de las formas curvas que predominan e imprimen ritmo a todas las composiciones. Fue Velázquez quien las reunió como conjunto, no siéndolo de origen.

Por otra parte, pese a estar inspirado en temas bíblicos, los cuadros estaban pensados para un ambiente profano al carecer de carga dramática y ser sólo una forma de mostrar ropajes suntuosos y exóticos, desnudos, además de mostrar un ambiente cortesano muy del gusto de la época.

Madonna con niño y donante es otra de las pinturas de Tintoretto famosas. Ubicada en el Museo Nacional de Serbia podemos apreciar el estilo característicos de Tintoretto. Un estilo lleno de expresividad e innovador que se tiene como elementos básicos la audacia en la pincelada, una iluminación llena de dramatismo, una composición dinámica y la utilización de colores vibrantes.

Un claro ejemplo de cómo Tintoretto conseguía plasmar temas religiosos con una intensa carga emocional. En el cuadro nos muestra una Virgen con Niño rodeados de ángeles y una figura donante, a menudo un rico mecenas que encargaba este tipo de obras como muestra de su fe y como símbolo de la conexión del mundo terrenal con el mundo celestial. El donante aparece arrodillado en oración y realizando una ofrenda a la Virgen y al Niño.

San Marcos liberando al esclavo es otra de las pinturas famosas de Tintoretto, también conocida como El Milagro del Esclavo. Se trata de un gran lienzo que fue completado para la Sala Capitolare de la Scuola Grande di San Marco en Venecia.

La pintura representa el momento en el que San Marcos libera milagrosamente a un esclavo de sus cadenas. Realizada en óleo sobre lienzo, la obra mide 416 cm de alto y 544 cm de ancho. La obra representa un hito en su carrera al ser su consagración pública en Venecia.

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