Mary Wollstonecraft y el feminismo

Wollstonecraftnació el 27 de abril de 1759 en el seno de una familia, que a pesar de sus ingresos, pasaba apuros económicos debido a los excesos de su padre, borracho y maltratador. Desde muy joven, protegió a su madre y hermanas, convenciendo incluso a una de ellas, Eliza, para que abandonara a su marido y el bebé de ambos, tras una depresión posparto. No cabe duda que con este gesto, estaba echando un pulso a una sociedad patriarcal y machista, aunque desgraciadamente, la condenó de por vida. No pudo volver a casarse, y consecuentemente, fue víctima de la pobreza más absoluta.

Fueron dos, las amigas de Wollstonecraft que marcaron su juventud. A Jane Arden la conoció en Berverley y a ella dedica estas palabras:

"Se han formado en mí ciertas nociones románticas de amistad... soy un poco peculiar en mi entendimiento del amor y la amistad; tengo que tener el primer puesto o ninguno."

Posteriormente entabla amistad con Fanny Blood, que si bien en un primer momento, Wollstonecraft aseguraba que la mujer haber abierto su mente, más tarde reconocer haberla idealizado, ya que Blood defendía los valores que, culturalmente, se consideran femeninos.

Fanny Blood se casa con Hugh Skeys y se queda embarazada, lo cual no hizo más que empeorar su ya deteriorada salud. Muere en el parto y este acontecimiento, que marcará a Wollstonecraft para siempre, inspira su primera obra, Reflexiones sobre la educación de las hijas (1787).

Para acercarse al feminismo de Mary Wollstonecraft, te ofrecemos un resumen de las principales obras de la filósofa.

Imagen: Mujeres en la historia

Para entender la relación entre Mary Wollstonecraft y el feminismo es importante prestar atención a sus textos. Esta primera obra de Mary Wollstonecraft pretende ser una guía de cómo hay que educar a las hijas, tanto desde el punto de vista de la moral, como en los asuntos sociales, tipo la ropa que han de llevar o cómo deben actuar en público.

La obra, que encantó a la clase media, debido a que reflejaba las ideas de un nuevo sector de la sociedad, que rechazaba los valores convencionales de la aristocracia.

Imagen: Slideshare

Es la única obra de literatura infantil de Mary Wollstonecraft y tiene ilustraciones de William Blake. El libro cuenta la historia de dos hermanas educadas por una madre, que refleja los valores tradicionales de la época, como la virtud. En contra de esto, la filósofa aboga por una educación basada en la razón, para que las mujeres puedan llegar seres humanos adultos y racionales.

“Estas conversaciones y relatos reflejan la situación actual de la sociedad; ello obliga a la autora a tratar de remediar esos defectos por medio de la razón, pues nunca deberían haberse establecido en la mente de las niñas”.

Wollstonecraft escribe esta obra como respuesta a las Reflexiones sobre la Revolución francesa de Edmund Burke, y en ella, no solo cuestiona las ideas del autor, sino también su concepción de la belleza y lo sublime, el primero de los atributos, relacionado con lo femenino y lo débil, y el segundo con lo masculino y lo fuerte.

Wollstonecraft critica las reflexiones de Burke en contra de los revolucionarios y a favor de María Antonieta. No tiene, Burke, dice la pensadora feminista, la misma benevolencia con las mujeres pobres de Francia.

"Una miseria semejante pide algo más que lágrimas—me detengo para recordarme a mí misma—hay que analizar siempre cualquier situación racionalmente."

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Terminamos esta lección de Mary Wollstonecraft y el feminismo para hablar de otra de las obras de la filósofa. Esta obra es una reivindicación de los derechos de las mujeres pero también de sus obligaciones, ya que como bien señala la autora, ambos están íntimamente ligados, porque "sin derechos no puede haber ninguna obligación".

Las mujeres, asegura Wollstonecraft en Vindicación de los derechos de la mujer, pueden participar en los asuntos sociales, de la misma manera que lo hace un hombre, pero para ello han de ser educadas desde la razón, y no desde la pasión, al contrario que pensadores como Rousseau, que niega tal necesidad.

Si las mujeres son estúpidas y superficiales, afirma Wollstonecraft, es debido a su educación, al ser

“(...) enseñadas desde su infancia que la belleza es el cetro de las mujeres, la mente se amolda al cuerpo y, errante en su dorada jaula, solo busca adornar su prisión”.

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