San Anselmo de Canterbury y la escolástica: resumen
San Anselmo de Canterbury está considerado como uno de los principales precursores de la escolástica, método de pensamiento y enseñanza que buscaba armonizar la fe religiosa con la razón. Siguiendo esta metodología, San Anselmo se volcó en demostrar racionalmente las verdades de la fe cristiana, estableciendo así un puente entre teología y filosofía. En unPROFESOR.com ahondamos en esta gran figura de la intelectualidad medieval cristiana.
La escolástica se desarrolló en Europa durante la Edad Media y el Renacimiento, siendo las escuelas catedralicias y monásticas los centros de origen de este método dialéctico para el estudio y la enseñanza de teología y filosofía.
En esta lección de unPROFESOR.com te ofrecemos un resumen sobre la figura de San Anselmo de Canterbury y la escolástica.
¿Quién fue San Anselmo de Canterbury?
San Anselmo de Canterbury (1033-1109), nacido en Aosta, en el norte de Italia, sintió una fuerte inclinación desde joven por la vida monástica y los estudios sobre teología y filosofía. Ingresó en la abadía benedictina de Bec, fundada en 1032 en Normandía, donde tuvo como tutor al abad Lanfranco. Lanfranco (1005-1093), quien fundó una escuela en el monasterio, había adquirido una notable reputación como profesor. Esto atrajo a numerosos alumnos de distintos puntos de Europa y sus pupilos, entre ellos San Anselmo o el Papa Alejandro II, lograron alcanzar altos cargos dentro de la Iglesia y gran renombre como pensadores.
Anselmo fue el sucesor de Lanfranco y ocupó su puesto primero como prior, luego como abad, para pasar a ser nombrado arzobispo de Canterbury en el año 1093. Durante el tiempo que fue abad del monasterio escribió sus obras más destacadas: El Monologion, una meditación teológico-filosófica sobre la fe en la que nos ofrece pruebas sobre la existencia de Dios en línea con la tradición agustiniana; y El Proslogion, obra en la que desarrolla el “argumento ontológico”, una de las principales aportaciones de este autor a la filosofía medieval.
En 1092 abandonó el monasterio para acudir a Inglaterra, a Canterbury, lugar donde, tras negarse en varias ocasiones a aceptar el cargo, fue finalmente nombrado arzobispo, ejerciendo hasta su muerte. Durante su tiempo como arzobispo, Anselmo también se enfrentó a varios conflictos con los monarcas ingleses del momento. Unos roces relacionados con la defensa de la independencia de la Iglesia respecto al poder secular.
La escolástica de San Anselmo de Canterbury
La escolástica es un movimiento que nació como fruto del esfuerzo intelectual por conciliar la fe cristiana con la razón y la filosofía clásica, especialmente la obra de Aristóteles. San Anselmo está considerado como uno de los fundadores de este movimiento al focalizarse en la lógica y la razón como herramientas para explorar y explicar las doctrinas de la fe.
Una de las principales aportaciones de San Anselmo a la escolástica es su famoso argumento ontológico para la existencia de Dios. Este argumento, presentado en su obra “Proslogion”, sostiene que el hecho de que el concepto de Dios como el ser más grande que puede ser pensado exista ya implica su existencia y es un ejemplo paradigmático del uso de la razón para explorar cuestiones teológicas.
Este argumento tiene su origen en la petición que le efectuaron sus compañeros del monasterio de reunir en un único argumento toda la fuerza probatoria de los argumentos presentados en el “Monologion”. De esta manera, San Anselmo ofrecía al creyente una razón realmente sólida para confirmar su fe:
“Y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir sólo en el entendimiento. Pues si existe, aunque sólo sea también en el entendimiento, puede pensarse que exista también en la realidad, lo cual es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existiese sólo en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor”.(Texto del Proslogion)
Este argumento ontológico fue denominado así por Kant, filósofo racionalista del siglo XVIII, y ha despertado varias polémicas a lo largo de la historia de la filosofía. De esta manera, algunos filósofos lo incluyeron en su pensamiento, caso de Hegel y Descartes, mientras otros como San Tomás de Aquino, Hume o Kant lo rechazaron al no considerarlo válido como argumento probatorio.
San Anselmo, uno de los filósofos más destacados dentro de la tradición agustiniana, estuvo influenciado por el platonismo, si bien sus principales preocupaciones fueron de corte religioso y espiritual. Así, para él la filosofía se convirtió en una herramienta más para comprender la fe.
Otra de sus expresiones más famosas, “credo, ut intelligam”, nos muestra la actitud de San Anselmo ante la fe y la razón: la razón no tiene capacidad ni autonomía para comprender la verdad por sí sola, pero resulta de gran utilidad para aportar luz a la fe, dependiendo estrictamente de esta última.
Por último, también es conocido otro principio sobre la fe y el entendimiento: “fides quarens intellectum” o la fe que busca entendimiento. Un principio que refleja la convicción de San Anselmo en que la fe y la razón no son opuestas, sino que la razón puede y ha de ser utilizada para profundizar en la comprensión de la fe.
Si deseas leer más artículos parecidos a San Anselmo de Canterbury y la escolástica: resumen, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Filosofía.
- BRIANCESCO, Eduardo. Teología y espiritualidad en Anselmo de Canterbury. Teología: revista de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, 1984, no 43, p. 5-22.
- CORTI, Enrique C. Decir y guardar silencio. El capítulo XV del" Monologion" de San Anselmo de Canterbury. Stromata, 1991, vol. 47, no 3/4, p. 351-360.
- HUBERT, R., et al. El enigma del hombre según Anselmo de Canterbury. Teología y vida, 2004, vol. 45, no 4, p. 494-530.
- HUBERT, André. Anselmo de Canterbury y la pedagogía de la fe. REXE-Revista de Estudios y Experiencias en Educación, 2016, vol. 7, no 13, p. 103-114.
- VAUGHN, Sally N. San Anselmo de Canterbury: el santo filósofo como político. Journal of medieval history , 1975, vol. 1, núm. 3, págs. 279-305.