Unos cuantos piquetitos: significado y análisis

Si nos detenemos en la descripción de la obra, tenemos que señalar es un óleo de pequeños tamaño, 48x38 centímetros, pintado por Frida Khalo en el año 1935 y que se exhibe en la actualidad en el Museo Dolores Olmedo de México D.F. Una obra que se encuadra dentro del estilo exvotos, piezas de retablos típicos de la cultura popular mexicana y que se dejaban en las iglesias en agradecimiento a los santos. Frida Khalo fue una gran coleccionista de este tipo de exvotos y le sirvieron como inspiración para la creación de sus propias obras. En el caso de “Unos cuantos piquetitos”, la influencia de los exvotos es innegable y tanto el lenguaje visual como el compositivo están inspirados en los de estas piezas populares.

Descripción de la obra

La pintura nos muestra a una mujer desnuda sobre una cama, está gravemente herida pues ha sido agredida por un hombre de una manera brutal. El cuerpo está ensangrentado y nos muestra con un estilo de lo más naif y descarnado las mortales puñaladas que la mujer ha recibido por parte de un hombre impecablemente vestido que mira con descaro al espectador y, más que un crimen del que avergonzarse, parece haber realizado una hazaña. Las manchas de sangre de su camisa blanca parecen ser solo decorativas, mientras el resto de las manchas de sangre de la mujer salpican tanto el suelo como el marco del cuadro.

Para rematar la obra, dos pájaros, uno blanco y uno negro, sostienen una banda con el título de la obra, sobre el lecho. Un detalle típico de los exvotos y que Frida copia para remedar el lenguaje visual y compositivo de esas pinturas tradicionales y populares en México.

Color

El color era muy importante para Frida Khalo, otorgándole un significado a cada uno de los colores que empleaba en sus obras. Así, la paleta de colores vivos e intensos que utilizaba la artista estaba llena de simbolismo y gracias a ella podemos identificar las ideas y sentimientos que deseaba plasmar.

La mujer yace sobre unas sábanas blancas y azuladas y nos habla de la pureza y el amor sobre el que muere el cuerpo moreno, desnudo e indefenso, con heridas de mortales que manan sangre sin parar.

El suelo de la habitación es de un color amarillo verdoso que simboliza para Khalo la enfermedad y la locura. Mientras las ropas del hombre, pantalón azul marino y sombrero negro, simbolizan la distancia y la nada. El color rojo sangre lo inunda todo y aquí cobra el sentido de una denuncia aunque en el suelo y en la camisa del hombre parezcan flores.

Composición

Para la representación de este tema, la artista elige como medio un exvoto, un tipo de pintura popular empleado desde el virreinato para representar la violencia cotidiana.

La sencillez compositiva de la obra subraya aún más la brutal violencia de este feminicidio. Dentro de la simplicidad de la composición, Frida nos muestra una escena de violencia dentro del hogar que escapa al marco, constituyéndose este también en parte de la pintura. La realidad existe en dos direcciones, nos muestran el mundo y lo encierran.

Descubre aquí otras de las obras de Frida Kahlo más famosas.

Los historiadores del arte señalan que Unos cuantos piquetitos es una obra es autobiográfica e, inspirándose en la noticia de un feminicido real, Kahlo reflejó el dolor que ella sintió al enterarse del romance que el pintor Diego Rivera, su entonces marido, está manteniendo con la hermana menor de la artista. Ese año, 1935, Kahlo se sintió herida y desolada al conocer el engaño, y solo llevó a cabo dos pinturas, una de ellas fue “Unos cuantos piquetitos”.

En ella, Frida crea una imagen poderosa para denunciar el sufrimiento y la frialdad del asesino. Según la noticia, el hombre se había defendido diciendo que esas 20 puñaladas solo eran “unos cuantos piquetitos”. Una declaración incongruente y llena de cinismo que posiblemente también trate de poner de relieve la actitud de Rivera al engañarla con un buen número de mujeres, especialmente con su hermana.

Para Frida, esa infidelidad de Rivera con su hermana fue como si él la asesinase a diario, pero para Rivera no significó tanto. Así, pese a ser una pareja abierta y mantener ambos relaciones con quienes les daba la gana, Diego Rivera no mostraba empatía por el sufrimiento que despertaba en Frida, siendo además celoso y violento.

Así, tras el fallecimiento de Frida, Rivera declaró que:

“No tuve nunca moral alguna y viví sólo para el placer, doquiera que lo encontrara (...) Si amaba a una mujer, mientras más la amaba, más deseaba lastimarla. Frida solo fue la víctima más obvia de esta desagradable característica de mi personalidad”.

En “Unos cuantos piquetitos”, Frida no sólo representa esa escena violenta de muerte y traición, denunciando el feminicidio, también nos invita a comprometernos y no considerar como un crimen pasional, un atenuante en aquella época, a lo que solo es un crimen execrable y perverso.

Toda una reflexión sobre el amor, la pasión, la violencia, los celos y la tradición que formaban parte de la vida de Kahlo. Así, Kahlo es como la mujer muerta: su conciencia está como aturdida por los celos y la traición, además ella tomaba alcohol y morfina para mitigar los dolores de su enfermedad; y su cuerpo también sangraba sin fin por los golpes recibidos en su vida.

Descubre aquí el análisis de la obra Las dos Fridas, otra de las obras más importantes de la pintora.

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