Infrarrealismo: características más importantes

El infrarrealismo fue un movimiento poético fundado en 1975 en la Ciudad de México por Roberto Bolaño (chileno) y Mario Santiago Papasquiaro (mexicano), junto con otros poetas jóvenes como Rubén Medina, Bruno Montané o José Vicente Anaya.

Todos ellos compartían una misma sensación: el mundo literario mexicano estaba dominado por un grupo de autores consagrados, con mucho poder, poco dispuestos a dejar espacio a nuevas voces. La figura central a la que se enfrentaban era el poeta Octavio Paz, símbolo de la cultura oficial.

Los infrarrealistas rechazaban esa forma de hacer poesía que les parecía elitista, distante, académica. Querían romper con las normas, escribir desde las entrañas, hablar del barrio, del exilio, del deseo, del fracaso. Y sobre todo, vivir la poesía en cada acción, en cada conversación, en cada noche sin dormir.

Publicaron manifiestos, interrumpieron recitales de poesía, organizaron lecturas propias, crearon revistas y grupos. Algunos se marcharon de México por falta de oportunidades o por motivos políticos, pero siguieron escribiendo, conectando con otros movimientos similares en América Latina y Europa.

A pesar de que en su momento fueron marginados por el sistema literario, el tiempo les dio la razón. Gracias sobre todo a la fama que alcanzó Roberto Bolaño con novelas como Los detectives salvajes, el infrarrealismo ganó visibilidad y reconocimiento a nivel internacional.

Hoy se reconoce como una de las últimas vanguardias poéticas del siglo XX en América Latina, y su legado sigue vivo en muchos poetas jóvenes que buscan escribir y vivir fuera de los márgenes establecidos.

A continuación, repasamos las principales características del Infrarrealismo atendiendo a las ideas, temas y estilos que definieron al infrarrealismo como movimiento literario y cultural.

1. Rechazo a la cultura oficial

Una de las características del Infrarrealismo más claras es su oposición directa a las instituciones culturales. No querían formar parte del canon literario, ni ser aceptados por universidades, editoriales o jurados de premios. Su lucha era contra la poesía acomodada, decorativa, que les parecía vacía y desconectada de la vida real.

Esto se tradujo en acciones concretas: interrumpían recitales de poetas reconocidos, se burlaban de los premios literarios, criticaban a los autores “funcionarios” y buscaban espacios alternativos para compartir su obra.

2. La poesía como forma de vida

Para los infrarrealistas, la poesía no era solo algo que se escribe, sino una manera de vivir. Querían borrar la frontera entre la literatura y la existencia, haciendo que su vida fuera también una obra poética.

Lo decía Mario Santiago en uno de sus versos: "escribo: meo: cojo: resumo: bailo con ratas". Ese tono directo, sucio, vital, es una muestra del deseo de llevar la poesía a lo cotidiano, incluso a lo marginal, a lo incómodo, a lo que no suele entrar en los libros.

3. Estilo directo y callejero

Otra de las características del Infrarrealismo es que el lenguaje infrarrealista es todo lo contrario al lenguaje culto o rebuscado. Se caracteriza por ser crudo, espontáneo, lleno de referencias urbanas y populares. Aparece el sexo, la violencia, el alcohol, el exilio, pero también el amor, la música, la amistad, la política.

No les interesaba sonar elegantes ni escribir “bonito”. Buscaban transmitir lo que sentían de forma auténtica, sin filtros. En ese sentido, se parecen a los poetas beat (como Ginsberg o Kerouac), que también escribían desde la experiencia vivida.

4. Influencia de las vanguardias

Aunque querían hacer algo nuevo, los infrarrealistas también tomaron ideas de otros movimientos anteriores que habían desafiado las normas artísticas, como:

• El surrealismo, por su búsqueda de lo irracional y lo onírico.
• El dadaísmo, por su actitud provocadora y caótica.
• El estridentismo, una vanguardia mexicana de los años 20 que también criticaba a los poetas oficiales.
• El grupo peruano Hora Zero, que influenció su visión radical de la poesía como un acto colectivo y rebelde.

Además, muchos de ellos estaban interesados en la teoría marxista, el situacionismo francés y las ideas de ruptura política y estética de los años 60 y 70.

5. Manifiestos como declaración de principios

Como muchos movimientos vanguardistas, el infrarrealismo también tuvo sus textos fundacionales. El más importante fue el "Primer manifiesto infrarrealista", titulado Déjenlo todo, nuevamente, escrito por Roberto Bolaño en 1977.

Este manifiesto funciona como un grito de guerra. Invita a los poetas a abandonar la comodidad, las estructuras fijas, los reconocimientos vacíos, y lanzarse a los caminos, al riesgo, a la vida verdadera.

6. Protagonismo de Roberto Bolaño y Mario Santiago

Aunque muchos poetas formaron parte del movimiento, las dos figuras más importantes fueron Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro.

Bolaño fue el que más visibilidad le dio al grupo, sobre todo al convertirlo en parte fundamental de su novela Los detectives salvajes (1998), donde el movimiento aparece con otro nombre: real visceralismo. A través de la ficción, Bolaño recuperó su juventud poética y dio a conocer al mundo ese espíritu rebelde.

Mario Santiago, por su parte, fue el corazón poético del infrarrealismo. Siguió escribiendo y publicando hasta su muerte en 1998. Sus poemas son viscerales e impredecibles. Nunca buscó la fama, pero dejó una obra única.

7. Legado y actualidad

Otra de las características del Infrarrealismo es su legado. Hoy en día, el infrarrealismo se estudia en universidades, se publica en antologías y se recuerda en las exposiciones. Además, nuevos colectivos poéticos en ciudades como Barcelona o Ciudad de México siguen inspirándose en su espíritu.

Además de sus textos, el infrarrealismo dejó una lección: la poesía también puede ser un acto de resistencia. Porque como decían ellos: “La poesía está viva y coleando. Y no pide permiso.”

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