Precipitación en el ciclo del agua - resumen

El ciclo del agua, también llamado ciclo hidrológico, es el recorrido que hace el agua en la naturaleza. Este proceso se repite constantemente y hace que el agua se mueva desde los océanos y ríos hacia la atmósfera, luego vuelva a la Tierra y empiece otra vez.

Este ciclo no tiene un principio ni un final concreto, pero podemos dividirlo en varias etapas para entenderlo mejor.

1. Evaporación

Todo empieza cuando el sol calienta el agua de los océanos, ríos, lagos o incluso del suelo mojado. Ese calor hace que el agua se transforme en vapor y suba al cielo. A esto se le llama evaporación. También las plantas sueltan vapor de agua a través de sus hojas, y eso se llama transpiración. Cuando juntamos ambos procesos, se usa la palabra evapotranspiración.

2. Condensación

El vapor de agua que sube se va enfriando a medida que asciende en la atmósfera. Al enfriarse, se convierte en pequeñas gotitas de agua que se agrupan y forman las nubes. Este paso se llama condensación.

3. Precipitación

Las gotitas de agua dentro de las nubes van chocando entre sí y creciendo. Cuando son demasiado grandes y pesadas para seguir flotando, caen a la Tierra. Esto es lo que conocemos como precipitación. Puede ser lluvia, nieve, granizo o aguanieve, dependiendo de la temperatura.

4. Infiltración

Una parte del agua que cae al suelo se filtra por la tierra y llega a las capas subterráneas donde se almacena en acuíferos. Esa agua subterránea es muy importante porque se usa para beber o regar cultivos.

5. Escorrentía

La otra parte del agua que no se filtra corre por la superficie del suelo y forma riachuelos, ríos, lagos y embalses. Esta fase se llama escorrentía. Finalmente, esa agua vuelve a los océanos o mares, donde puede evaporarse de nuevo, cerrando el ciclo.

La precipitación en el ciclo del agua es uno de los momentos más visibles de este ciclo. Es cuando el agua vuelve a caer del cielo a la Tierra en forma líquida o sólida. Las formas más comunes de precipitación son:

• Lluvia: gotitas de agua líquida.
• Nieve: cristales de hielo que caen cuando hace mucho frío.
• Granizo: bolas de hielo que se forman en tormentas intensas.
• Aguanieve: una mezcla de agua y nieve.

La precipitación en el ciclo del agua ocurre cuando una nube ya no puede sostener más agua en forma de vapor condensado. Entonces, el agua cae por su propio peso, empujada por la gravedad. Este paso es básico para que el agua llegue de nuevo al suelo y alimente los ríos, lagos, plantas y todo lo que vive.

¿Cómo medimos la precipitación?

La precipitación se mide con un instrumento llamado pluviómetro. Es un recipiente que recoge el agua de la lluvia y permite saber cuántos milímetros han caído. Por ejemplo, si un pluviómetro marca 10 mm, significa que ha llovido lo suficiente como para cubrir toda una superficie con 1 centímetro de agua.

Medir la lluvia nos ayuda a:

• Predecir inundaciones.
• Controlar el nivel de ríos y embalses.
• Gestionar el uso del agua en ciudades y en el campo.
• Estudiar los efectos del clima.

Sin precipitación en el ciclo del agua, el ciclo no podría completarse. El agua subiría al cielo en forma de vapor, pero nunca volvería a la Tierra. Es gracias a la lluvia, la nieve o el granizo que los suelos se riegan, los ríos se llenan y los acuíferos se recargan.

Además, la precipitación distribuye el agua dulce en el planeta. Aunque la mayor parte del agua del mundo está en los océanos y es salada, la lluvia es lo que nos da agua dulce, que es la que necesitamos para beber, cocinar, limpiar, cultivar y vivir.

Sin lluvia, habría sequías, los cultivos no crecerían y muchas especies (incluyéndonos a nosotros) desaparecerían.

Aquí te descubrimos las diferentes fases del ciclo del agua.

La precipitación en el ciclo del agua no es igual en todos los lugares del mundo. Hay zonas donde llueve mucho (como los trópicos o las montañas) y otras donde casi nunca cae una gota (como los desiertos). Esto depende de varios factores:

• La temperatura: el aire caliente puede contener más vapor de agua, por lo que es más probable que se formen nubes que produzcan lluvia.
• El viento: transporta las nubes de un lugar a otro.
• La altitud: en zonas montañosas, el aire se enfría al subir y provoca más lluvias (lluvia orográfica).
• La cercanía al mar: las zonas costeras suelen tener más humedad y, por tanto, más lluvias.
• El cambio climático: está provocando que algunas zonas se vuelvan más secas y otras sufran lluvias más intensas en poco tiempo.

Aunque el ciclo del agua es un proceso natural que ocurre por sí solo, los humanos podemos influir mucho en él, tanto para bien como para mal. Por suerte podemos hacer muchas cosas buenas para potenciar la precipitación en el ciclo del agua y evitar el malgasto del agua:

• Cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes.
• Usar el agua justa para regar.
• Evitar tirar productos contaminantes por el desagüe.
• Aprender sobre el ciclo del agua y enseñar a otros lo importante que es.

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