Diferencias entre piratas y corsarios

• Cuando analizamos la diferencia entre piratas y corsarios, hay que tener en cuenta que el pirata era estrictamente el ladrón de alta mar, que usaba la violencia para apoderarse de las posesiones de otra persona ya sea saqueando, robando barcos o realizando incursiones en puertos. Por lo tanto, su actividad la ejercía por su cuenta, sin afectar a un país o estado más que otro.
• Por su parte, los corsarios atacaban barcos de estados enemigos al suyo propio, contando con la autorización de un monarca o rey de su propio país o incluso de otro, el cual cobraba suculentas comisiones. Era una forma de llevar a cabo hostilidades y atacar al enemigo de manera no oficial y sin declarar la guerra, pero que a la larga suponía importantes pérdidas para el bando contrario.
• Por lo tanto, los corsarios no eran estrictamente piratas, salvo cuando se extralimitaban en sus funciones con respecto a los términos de sus acuerdos y comisiones con reyes y monarcas. También, si se propasaban, podían ser castigados por el país o estado que los patrocinaba al volver a tierra.
• De todas formas, no es fácil delimitar la actividad de un pirata y la de un corsario, aunque queda claro que el corsario tenía el apoyo de un gobierno y el pirata actuaba con mayor libertad. Un ejemplo lo tenemos con el caso del corsario inglés Sir Francis Drake, en el siglo XVI, el cual era visto por británicos como un intrépido corsario pero por los españoles como un sanguinario pirata.
• Sí es importante subrayar que legalmente la captura de un mercante enemigo por un corsario se constituía como una adquisición legítima, en tanto que la presa de un pirata sería un robo.

En esta otra lección te ofrecemos un resumen de los piratas en la Edad Media.

Imagen: Slideshare

En la navegación medieval era usual que barcos mercantes bien armados capturaran otras embarcaciones comerciales menos preparadas, lo que provocaba tensiones entre las nuevas monarquías que comenzaban a surgir con fuerza.

De esta forma, se extenderá la idea de que solo el estado podía hacer uso de la fuerza de forma legítima. Pero los barcos armados por los gobiernos eran insuficientes para controlar todo el tráfico marítimo, por ello surge la necesidad de otorgar licencias de corso, en documentos denominados como patentes, para diferenciar legalmente entre corsarios y piratas.

Será la actividad del corso paralela y complementaria a la de las grandes escuadras, ya que por sí solas no eran suficientes para obtener la victoria frente al enemigo, teniendo el objetivo también de perjudicar el comercio del oponente y evitar además una excesiva dispersión de las propias fuerzas oficiales.

A medio camino entre corsario y pirata estarían los filibusteros y bucaneros, ya que no tenían licencias oficiales pero solo atacaban a barcos y ciudades del Imperio español, siendo protegidos por el Gobierno francés, en la Tortuga, y por el británico, en Jamaica.

Tanto las actividades de piratas como la de corsarios son antiguas en la historia. En el caso de los segundos, se tienen referencias en la Antigüedad de los asaltos de corsos etruscos a las colonias griegas.

También en la Edad Media recibirán la denominación de corsarios los marinos que los jefes de los estados musulmanes norteafricanos ordenaban atacar a los barcos y poblaciones costeras del Mediterráneo. Entre los corsarios turcos destacará Barbarroja, que ejercerá una enorme presión a las embarcaciones cristianas a comienzos del siglo XVI.

Entre los cristianos destacará Roger de Lauria (1245-1302), que desarrollará con muy buena suerte la actividad de corsario bajo el paraguas de la Corona de Aragón. Atacará naves francesas, sarracenas y provenzales por todo el Mediterráneo, ejerciendo también su derecho a la piratería en las costas de su Calabria natal y de Campania.

En el primer cuarto del siglo XVI se vive una expansión del corso por parte de Francia e Inglaterra contra el tráfico español con América, sin respetar bulas papeles, prohibiciones del Consejo de Indias y de la Casa de Contratación, con el objetivo de socavar el control de las colonias españolas. Su máximo exponente será el corsario inglés Sir Francis Drake.

Pero la corona española no se quedará impasible y también dará patentes de corso contra las naves hostiles, utilizando por ejemplo a marinos de las costas vascas. Los monarcas hispanos, tanto Austrias como después los Borbones, darán cartas de marca o permisos para atacar el comercio de los barcos enemigos, y cartas de contramarca, que constituían licencias para atacar a los corsarios contrarios.

Imagen: Historia - Blogger

Si deseas leer más artículos parecidos a Diferencias entre piratas y corsarios, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Historia.