Las cruzadas Edad Media - Resumen
A partir del siglo XI Europa entró en una nueva etapa, conocida como la Plena Edad Media, que estuvo caracterizada por la estabilización de las diferentes naciones que habitaban el continente. Uno de los hechos más trascendentales que encontraremos a partir de este momento será la ideología expansionista del cristianismo frente al mundo islámico. A continuación, en esta lección de unPROFESOR os traemos un resumen de las cruzadas en la Edad Media en la que veremos una idea clara por recuperar los lugares sagrados del cristianismo que se encontraban bajo dominio islámico.
El origen de las cruzadas y sus causas
En el año 1095, el emperador bizantino Alejo I pidió ayuda al papado ante la amenaza musulmana que se cernía sobre sus territorios. Fue a partir de ese momento cuando se comenzó a forjar la idea de cruzada por todo el orbe católico, quedando la idea reflejada en el concilio de Clermont donde, tras acabar la predicación el papa Urbano II, se proclamó el grito de “Deus lo vult”, o lo que es lo mismo “Dios lo quiere”. Fue en ese momento cuando comenzaron las cruzadas europeas por recuperar los lugares santos.
Una de las ideas que más se han extendido a lo largo del tiempo en el ámbito historiográfico es la referida a las diferentes causas que pudo haber para que se originaran las cruzadas, siendo las más importantes:
- El fervor religioso por recuperar los lugares donde había estado Jesucristo.
- Los intereses expansionistas por parte de la nobleza y el papado que querían extender el sistema feudal por los territorios del Próximo Oriente.
- La posibilidad comercial que había de enlazar con la ruta de la seda asiática.
La primera cruzada (1095-1099)
El 27 de noviembre del año de 1095, el Papa Urbano II instó a la población reunida en el Concilio de Clermont, a recuperar los lugares santos y a realizar la guerra contra el infiel y es así como comenzó la primera cruzada.
Para ello, el mismo Papa prometió la absolución de los pecados, elemento que debemos tener muy en cuenta, pues en la Edad Media, para poder disfrutar del paraíso terrenal debían purgarse todos los pecados y dar una generosa limosna, hecho que se podía omitir si se iba a la cruzada, de esa manera muchas personas que no tenían medios económicos, conseguirían su salvación. Caso distinto era que, además, una guerra abierta permitía el saqueo y el reparto de botines entre los soldados.
En esta primera cruzada, encontraremos a su vez dos grupos bien diferenciados:
La cruzada de los pobres o de Pedro el ermitaño
Esta fue una compañía organizada por los pobres, y partió en marzo de 1096 atravesando el reino de Hungría, donde ocasionarían grandes problemas, asesinando a su paso a 4000 judíos. Esto llevaría a una serie de enfrentamientos entre Hungría y los cruzados, que acabó con un tratado en el que se fijó que, si los cruzados desearan llegar a Bizancio andando, deberían hacerlo de manera organizada y sin ocasionar ningún tipo de problema.
La cruzada de los príncipes
La cruzada de los príncipes fue la que podemos denominar como la verdadera cruzada. Estuvo organizada por segundones de la nobleza, que fueron quienes, al llegar a Constantinopla, juraron al emperador devolver los territorios perdidos a manos de los turcos. De esa manera entraron en Siria, conquistando Antioquía y Jerusalén. El problema fue que nunca devolvieron a Bizancio sus territorios, sino que se formaron pequeños principados donde gobernarían estos segundones.
La segunda cruzada (1144-1148)
Continuamos con este resumen de las cruzadas en la Edad Media para hablar de la segunda cruzada.
Durante los años 1099-1144 encontraremos la decadencia del espíritu de cruzada en los nuevos reinos cristianos, decadencia que fue aprovechada por los reinos musulmanes para comenzar la denominada yihad o guerra santa, predicada por gobernadores de los diferentes estados musulmanes. Estos irían atacando a los reinos cristianos y a sus aliados, reinos musulmanes que aceptaban la presencia cristiana en sus territorios.
La causa inmediata por la que comenzaría la segunda cruzada, la encontramos en la toma de Edesa a manos de los musulmanes, encabezados por Zengi en el año 1145; esto hizo que el papa Eugenio III y Bernardo de Claraval anunciaran la segunda cruzada.
En este periodo encontraremos la presencia de reyes como Luis VII de Francia o Conrado III emperador del Sacro Imperio. Los diferentes malos entendidos entre los reyes hicieron que la cruzada fuera un auténtico fracaso, dando paso a la caída de Damasco en manos de los musulmanes exaltados, que era aliada del reino franco de Jerusalén.
Así tras un periodo infructuoso, los ejércitos franceses y alemanes marcharon de nuevo a Europa, abandonando al reino de Jerusalén el cual vio cómo iban arrebatándole terreno los musulmanes.
La tercera cruzada (1187-1191)
En el año 1174 fallecía Nur al-Din, y con ello llegaba al poder Saladino, que había sido uno de los generales más importantes del ejército musulmán, ya que había ido unificando a todas las tribus musulmanas, creando un Estado unitario desde Egipto a Siria. De esa manera el estado franco del reino de Jerusalén quedaba totalmente rodeado, teniendo que realizar una serie de pactos entre su rey, Balduino IV y Saladino para evitar la guerra.
El 16 de marzo de 1185 fallecía Balduino IV y con ello se dividía el reino de Jerusalén en varias facciones, llegando al trono Guido de Lusignan, que pertenecía a la facción más hostil de todas las que se encontraban en el reino franco.
Además de la radicalización del nuevo rey de Jerusalén, deberemos detenernos en la figura de Reinaldo de Châtillon, un segundón de la nobleza que se dedicaba a asaltar caravanas de musulmanes, aun teniendo los reinos cristianos una tregua benevolente con estos. El azar quiso que este asaltara una caravana donde iba la hermana de Saladino, haciendo que el mismo sultán jurara acabar con la vida de Reinaldo.
Una vez declarada la guerra, el grueso del ejército cristiano se movilizó hacia los Cuernos de Hattin, lugar donde se realizaría el enfrentamiento el 4 de julio de 1187. En dicha batalla, el ejército cristiano diezmado por la falta de agua fue derrotado y humillado, perdiendo además un fragmento de la Santa Cruz y dejando la ciudad de Jerusalén totalmente indefensa. Por eso Guido de Lusignan, ha pasado a la historia como la persona que perdió Jerusalén por ser un incompetente.
Tras esto, Saladino tomó Jerusalén y otras plazas importantes, sin llegar a la zona costera, la cual estaba fuertemente abastecida por los barcos cristianos.
En 1189, el papa Gregorio VIII convocaba una cruzada para recuperar Jerusalén, en la que participaron Ricardo Corazón de León, Felipe II Augusto de Francia y el emperador Federico I Barbarroja. Por una serie de circunstancias, Ricardo quedó solo ante las fuerzas musulmanas, con las cuales hubo de llegar a un acuerdo para firmar la paz, pensando en una futura cruzada que acabara con los musulmanes.
La cuarta cruzada (1198-1204) y las cruzadas menores
Terminamos este resumen de las cruzadas en la Edad Media para hablar de la cuarta cruzada y de los últimos años.
Aunque la cuarta cruzada en principio estuvo destinada a atacar Egipto, veremos que finalmente se dirigió hacia la toma de Constantinopla, debido a la deuda que tenía contraída el emperador, Alejo IV con los cruzados. Este hecho acabó con el asalto de las tropas cruzadas a la ciudad, con el consiguiente saqueo, y la imposición de un reino feudal, con un monarca francés a la cabeza.
En total encontraremos unas nueve cruzadas relacionadas con el intento de tomar las posesiones cristianas en la costa siro-palestina y siete referentes a las realizadas en territorios europeos, como fue la Reconquista española. Tenemos que tener en cuenta, que las destinadas al Próximo Oriente no causaron ningún hecho importante, siendo en su mayoría escaramuzas.
Las relacionadas con los territorios europeos, tuvieron carácter político y estaban destinadas a acabar con la herejía o a expulsar a los musulmanes que habían llegado al territorio.
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