Arte rupestre en España


A la hora de referirnos como arte rupestre siempre es mejor hacerlo bajo la denominación de arte prehistórico, pues el término rupestre procede del latín “rupes” (piedra) haciendo referencia a un tipo de actividad humana hecha sobre la roca. De este modo, si alguna vez nos hablan de arte rupestre, sabemos que es un arte vinculado únicamente a la pintura. A continuación, en esta lección de unPROFESOR hablaremos del arte rupestre en España y haremos referencia aquellas pinturas rupestres más importante que se han hallados en España.
Pintura rupestre
La pintura prehistórica o la también conocida popularmente como pintura rupestre o parietal se puede encontrar representada bien al aire libre (en barrancos, acantilados…) o en el interior de las cuevas, siendo estas últimas las mejores conservadas.
Siempre se ha dicho que la pintura rupestre es una expresión artística más, sin embargo, es errónea esta concepción, puesto que en la mente del hombre prehistórico no existía la idea de crear algo artístico, como nosotros entendemos actualmente el arte, sino que son pinturas que están vinculadas a un valor mágico y religioso.
Como bien sabemos, en la prehistoria, los grupos humanos eran nómadas, estaban familiarizados con la naturaleza y se movían en función a los animales que estos querían cazar, pues su actividad principal era la de obtener alimentos. Con la representación de estas pinturas ligadas a ese pensamiento mágico lo que pretendían era atraer a esos animales para después cazarlos, y que no huyeran.
Por lo tanto, como un arte de cazadores primitivos, lo que va a prevalecer en todo momento es el tema cinegético, es decir, relacionado con el tema de la caza, de ahí, que la representación de una figura, animal o símbolo implicara para ellos la posesión o repulsión.
En este vídeo de unPROFESOR podrás conocer a los primeros pobladores de España.

Cronología, materiales y temática de la pintura rupestre
Antes de empezar a hablar del arte rupestre en España vamos a conocer un poco mejor este tipo de arte. La prehistoria, se puede dividir en tres grandes periodos: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales.
Sin embargo, para el tema que nos incumbe tenemos que decir que las primeras muestras de pinturas realizadas en el interior de esos abrigos rocosos se sitúan en el Paleolítico Superior, entre el 35.000 a.C. y 10.000 a.C. siendo en el periodo magdaleniense cuando estas tengan su máximo esplendor.
Por lo que respecta a los materiales, en este tipo de pinturas tan primitivas, se van a dar una serie de pigmentos naturales procedentes del carbón, la tierra, arcilla, sangre, piedras machacadas de distintos colores… y todas esas aglutinadas con grasas, generalmente de animales.
En cuanto a las temáticas son varias las que nos podemos encontrar, como, por ejemplo:
- Animales: que aparecen esbozados, silueteados, policromados o en relieve.
- Manos: que pueden aparecen bien en positivo o en negativo, con un significado relacionado con un afán de permanencia o posesión.
- Figuras antropomorfas: de las que se pueden distinguir ciertas clases sociales, dependiendo de algún tributo que posean.
- Macarrones: que se tratan de líneas trazadas con los mismos dedos en la pared.
Localización de las pinturas
Debes saber que el arte rupestre en España ha creado dos grandes escuelas, dependiendo de la ubicación geográfica en la que se encontraron dichas creaciones. Así pues, podemos determinar estos dos focos:
Escuela franco-cantábrica
Que como su propio nombre indica se sitúa en el sur de Francia y en toda la cordillera cantábrica, que es la que a nosotros nos ataña.
En líneas generales se van a tratar de pinturas de colores cálidos y ocres, naturalista donde los animales se representan silueteados y aislados, emplazándose en los más recóndito de las cuevas. Los ejemplos más sobresalientes son las pinturas encontradas en la Cueva de Altamira, la cueva de La Pasiega (Santander) y la cueva de Lascaux.
Escuela levantina
Desarrollada por todo el levante español, se caracteriza esta por ser una pintura narrativa, de tonalidades rojizas, haciendo mucho uso del color blanco, donde en la cordillera cántabra era casi inexistente representando las figuras humanas muy esquematizadas, planas, y menos realista.
Otra diferencia con respecto a la anterior es la plasmación en mayor cantidad de figuras humanas de animales con escenas de la vida cotidiana, como por ejemplo una mujer recolectando miel, lucha entre hombres, escenas de desfiles guerreros, danzas...
Son pinturas monocromas en su mayoría, de colores fríos, a diferencia con la escuela anterior, estas se van a desarrollar no solo en lo más interior de los abrigos rocosos, sino que también es habitual que nos encontremos pinturas al aire libre. Las más importantes son las pinturas encontradas en las cuevas de los Moros de Cogul (Lérida) y en el barranco de Valltorta (Castellón).

La cueva de Altamira
El descubrimiento de la cueva de Altamira en 1879 es la culminación del proceso evolutivo de la pintura franco-cantábrica, en ella se pueden observar toda una manada de animales salvajes y desconocidos, de grandes dimensiones perfectamente definidos, siendo el bisonte el animal más repetido en varias actitudes.
Muchos historiadores explican esta multiplicidad porque se cree que este fuese el animal favorito por el cazador prehistórico, al mismo tiempo que animal más peligroso a la hora de cazarlo. En cuanto a las técnicas utilizadas se tratan de pinturas muy simples, de pigmentos naturales siempre usando el negro para delimitar los contornos de las figuras.
Para finalizar, hacer mención de cómo el artista aprovecha en todo momento los abultamientos de las rocas para dar sensación de volumen a los animales. Actualmente la cueva forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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