Caída del Imperio Otomano
El Imperio Otomano fue una de las civilizaciones más importantes del mundo durante siglos, por lo que su caída trajo enormes cambios a todo el mundo, siendo por ello uno de los momentos clave de comienzos del siglo XX. El fin del imperio otomano fue un proceso largo y complejo que comenzó años antes de su partición, y para conocerlo en profundidad en esta lección de unProfesor te ofrecemos un resumen de la caída del Imperio Otomano.
Antecedentes de la caída del Imperio Otomano
A principios del siglo XX, el Imperio Otomano ya se encontraba pasando una dura crisis económica e institucional, provocando que el pueblo estuviera cada vez más enfadado con su gobierno, y que pidieran de forma reiterada grandes cambios en la gestión del imperio. Uno de los grupos que mayores cambios pedían eran los conocidos como Jóvenes Turcos, un partido reformista y nacionalista que quería grandes cambios para la región, intentando con ello revertir la cada del imperio otomano.
En 1908 tuvo lugar la llamada Revolución de los Jóvenes Turcos, por la cual este grupo y algunos aliados fueron capaces de suspender el parlamento del sultán Abdul Hamid II, iniciando con ello la llamada Segunda Era Constitucional. Gracias a la revolución se restauró la constitución de 1876, introduciendo un sistema político multipartidista, en el que la gente podía tener algo más de poder para tomar decisiones.
En un primer momento, la situación fue de gran entusiasmos por el nuevo sistema, pero con el paso de los meses se comenzó a ver que el paso al constitucionalismo no solucionaba todos los problemas del imperio, y que los nacionalismos de las distintas etnias impedían que pudiera existir un imperio otomano unido.
Junto a esta situación, los otomanos también tuvieron grandes derrotas en el plano militar, siendo especialmente dolorosas la de la Guerra Italiana y la Guerra de los Balcanes de 1912. Debido a estas derrotas los otomanos fueron expulsados del norte africano, y perdieron casi todos sus territorios europeos, provocando que los otomanos tuvieran cada vez menos territorios y menos influencia y poder.
Por todo ello, la Revolución de los Jóvenes Turcos no solucionaron el problema de los otomanos, sino que aumentaron sus diferencias étnicas y divisiones internas sin solucionar los problemas económicos e institucionales del estado otomano. Fue en este punto que los otomanos comenzaron a buscar alianzas en otras naciones europeas.
El imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial
La caída del imperio otomano comenzó con su participación en la Gran Guerra. A principios de 1914, los otomanos buscaban mejorar sus alianzas con Bulgaria y Alemania, por lo que firmaron sendos acuerdos con ambas naciones. Estos acuerdos constaban de diferentes puntos, pero los más importantes eran los que hablaban de que en caso de conflicto los otomanos deberían apoyar a los alemanes.
En julio de 1914 los alemanes iniciaron la Primera Guerra Mundial, y pocos meses después los otomanos se unieron al bando de las Potencias Centrales, junto a Bulgaria, Alemania y el Imperio Austrohúngaro. Los rivales de los otomanos durante la guerra fueron principalmente los ingleses y los rusos, y el objetivo principal del imperio era recuperar los territorios que habían perdido años antes.
Los otomanos en la Primera Guerra Mundial tuvieron dos frentes principalmente: el Cáucaso y Armenia, siendo derrotados en numerosas ocasiones en ambos lugares. En Armenia tuvo lugar uno de los momentos más conocidos de la guerra, cuando los otomanos realizaron un genocidio contra la población armenia, provocando un mayor descontento tanto del mundo como de la propia población otomana.
Con el paso del tiempo, los otomanos fueron cada vez más conscientes de que no estaban preparados para la guerra, y finalmente en 1918 firmaron el Armisticio de Mudros. En esta rendición los otomanos finalizaban su participación en la guerra, y daban numerosos territorios a las naciones europeas victoriosas, siendo el comienzo de la caída del imperio otomano.
Fin del imperio otomano
Para concluir este resumen de la caída del imperio otomano, debemos hablar sobre cómo fue el final de este poderoso imperio, explicando los momentos finales antes de su definitiva separación. Debemos tener en cuenta que la caída del imperio fue un proceso largo, y esto tan solo fue el desenlace.
Poco antes del final definitivo de la Primera Guerra Mundial, el final del imperio otomano parecía claro, ya que había perdido aún más territorios frente a los territorios europeos, y esto unido a los cada vez mayores nacionalismos que buscaban el independentismo de sus regiones, y a una crisis económica que no parecía frenar.
Ya en 1920, tuvo lugar la firma del Tratado de Sevres, por el que el imperio otomano fue desmantelado por los europeos, perdiendo casi todos sus territorios relevantes. En este tratado se fijaban condiciones duras al imperio otomano, como por ejemplo la pérdida de muchos de aquellos territorios que pedían la independencia. Las naciones europeas vencedoras habían prometido los territorios a los grupos étnicos que formaban parte de los otomanos, los cuales buscaban la independencia, y que fue lo que lograron tras este tratado.
Poco después de la guerra, tuvo lugar la Guerra de Independencia Turca, acontecida entre 1919 y 1922, que trajo el final del sultanato otomano. Poco después, en 1923, tuvo lugar la firma del Tratado de Lausana, en la que Turquía conseguía su independencia y soberanía como nueva nación, y con ello terminaba el imperio otomano.
El imperio otomano terminaba tras no tener fronteras delimitadas y fijas, debido a la independencia de todas aquellas regiones que las había ido formando a lo largo de los años.
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- Girona, J. C. (2019). Del fin del Imperio otomano a la nueva Turquía. In Cien años de la Primera Guerra Mundial: El fracaso de la paz (pp. 137-166). Publicacions URV.
- Martínez Assad, C. (2023). La caída del Imperio Otomano y la creación de Medio Oriente.