Mundo de las ideas y mundo sensible: Resumen

El mundo de las ideas, el mundo inteligible, es el de la ciencia o epísteme, y solo de él de puede obtener verdadero conocimiento, todo lo demás, es decir, lo que se encuentra dentro del mundo sensible, es opinión o doxa. ¿Cómo es posible, por tanto, llegar a tener un conocimiento verdadero de la realidad? Pues a través de un proceso de ascensión en el camino del conocimiento, desde la ignorancia, hasta la intelección de las ideas o formas universales, eternas, inmutables (Símil de la línea). En este sentido, la educación jugará un papel fundamental.

Las ideas se encuentran más allá del espacio y del tiempo, y por eso, son incorruptibles, al contrario que las cosas del mundo sensible, que son finitas, temporales, cambiantes, sometidas a un proceso de generación y corrupción. El conocimiento de los objetos físicos, no puede ser, entonces, universal y necesario, como el científico, sino simple opinión.

Esta doble dimensión de la realidad se recoge en el conocido Mito de la Caverna, en el que Platón plantea la existencia de un mundo subterráneo, la caverna, que vendría a representar al mundo sensible, y el mundo exterior, el de la luz, que sería el mundo de las ideas. La luz, el sol, simboliza la verdad, la idea de bien, de belleza y de justicia, lo primero en la jerarquía de las ideas que establece el griego.

Imagen: perspectivas de la educación del movimiento

• El mundo de las ideas es inmortal, perfecto, eterno. No se encuentra sometido a un proceso de generación y corrupción.
• El mundo de las ideas se caracteriza por ser, al estilo del ser de Parménides, opuesto, por tanto, al no ser.
• Contiene las ideas o formas a las que imitan las cosas del mundo sensible.
• Existe una jerarquía de las ideas, y en lo más alto, se encuentra la idea de bien, que es representada por el sol.
• Es el único mundo verdadero, y en el Mito de la Caverna, es el de los seres naturales, en contraposición a las sombras proyectadas en el muro de la cueva.

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• El mundo sensible es material, corpóreo, imperfecto, corruptible
• Es una copia del mundo de las ideas, y por lo tanto, no es más que apariencia
• Sería el mundo de las sombras, el mundo subterráneo
• No es posible obtener verdadero conocimiento de las cosas del mundo sensible, ya que son cambiantes, tan solo es posible tener una opinión o doxa.

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En relación con el dualismo ontológico de Platón, se encuentra su dualismo antropológico. Así, para el filósofo, de la misma forma que existe una doble dimensión de la realidad, existe una doble dimensión en el ser humano. Por un lado, es cuerpo mortal, corruptible, finito, y como tal, está atrapado en el mundo sensible. Pero también tiene un alma, inmortal, eterna, incorruptible. Lo que ocurre, es que el alma se ha caído del mundo de las ideas, al que pertenecía, quedando desde entonces encerrada en un cuerpo, del que solo se liberará tras la muerte, regresando, por fin, al mundo de las ideas.

El alma, se divide a su vez en tres partes, una de las cuales domina sobre las demás: la parte racional, la irascible y la concupiscible. A cada una de ellas, le corresponderá, según Platón, una virtud: prudencia, valor y templanza, respectivamente. E igualmente, les correspondería un lugar en la polis: gobernantes, guerreros y campesinos y comerciantes. Que cada uno se ocupe de lo que le corresponde, constituye, para el filósofo, el ideal de justicia.

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