Pensamiento de Epicuro: resumen

Si bien Epicuro de Samos defiende una filosofía basada en la búsqueda del placer, hará hincapié en la necesidad de controlar el placer, de saber administrarlo, de la misma forma que el dolor. Afirmaría el filósofo, que la fatalidad, el destino, no rige la naturaleza y la vida de los seres humanos, sino el azar. De otra forma, no habría lugar para la libertad, y por lo tanto, tampoco el hedonismo, el nombre que recibe la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer. Pero a diferencia de otros pensadores hedonistas, como Aristipo, que defendía la persecución de todos los placeres, sobre todo del placer físico e inmediato, Epicuro, apuesta por una placer racional, más moderado. Es un placer, por tanto, inteligente.

Todos los seres vivos, afirma el filósofo, buscan el placer y se apartan del dolor. Pero advierte de la necesidad de evitar los excesos a fin de evitar males futuros. Además, sitúa a los placeres del espíritu, por encima de los corporales. El placer supremo es el intelectual. El estado ideal, es la ataraxia, en griego ἀταραξία.

El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.

Epicuro denuncia los excesos, pero también la abstinencia, defendiendo el término medio, la moderación, tanto en los placeres físicos, como en los espirituales, valiéndose de la filosofía, que es entendida por el pensador, como un medio para ayudar a encontrar la felicidad.

La filosofía es una actividad que con discursos y razonamientos procura la vida feliz.

Las enseñanzas de Epicuro han llegado hasta nuestros días a través de textos como De rerum natura, de Lucrecio, es una exposición de las enseñanzas de Epicuro. También encontramos la huella de su pensamiento en fragmentos de Diógenes Laercio, entre otros.

La filosofía de Epicuro, es totalmente opuesta a la de Platón al negar la existencia de una realidad suprasensible y afirmando que no existe más realidad que el mundo sensible, que está constituido por átomos, y al mostrar un profundo rechazo por las actividades políticas. La felicidad, no está en la polis, sino en la autosuficiencia, la ataraxia, la sencillez, la moderación y las relaciones de amistad.

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Se puede dividir la filosofía de Epicuro puede en tres partes claramente diferenciadas, a saber:

1. La Canónica, la rama que estudia los criterios que lleva a diferenciar lo verdadero de lo falso.
2. La Física, que se ocupa del estudio de la naturaleza.
3. La Ética, a la cual se dirige todo y a la que están subordinadas las dos primeras.

Continuamos este resumen del pensamiento de Epicuro para hablar de la filosofía canónica de este pensador. Decíamos que la canónica es la parte de la filosofía que examina la forma en la que conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo falso. Pues bien, Epicuro afirma que la base de todo conocimiento es la sensación. Esta es producida a a partir de las imágenes de las cosas, que son percibidas por los sentidos. El ser humano, reacciona ante la sensación, o bien con placer, o bien con dolor, lo que genera unos sentimientos. Estos sentimientos constituyen el fundamento de la moral, según el filósofo.

No existen ideas innatas, sino "ideas generales", que se producen por la repetición de sensaciones distintas que son grabadas en la memoria. Pero solo si estas sensaciones son lo suficientemente claras pueden servir de fundamento para la moral, de lo contrario, el ser humano caería en el error irremediablemente.

Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad.

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Epicuro se opone al dualismo platónico, al afirmar que únicamente existe el mundo sensible y negando la realidad del mundo de las ideas. La realidad, dice el pensador, está constituida por átomos o elementos extensos, con un peso y una forma, y por el vacío, que sería el espacio por donde fluctúan dichos átomos. Combinados entre sí, estos átomos dan lugar a todas las cosas que existen en el mundo.

El mismo ser humano está formado por átomos, igual que su alma, que como el cuerpo, es material, por eso, muere también con el cuerpo. Los átomos son eternos, y por tanto la realidad también lo es. No hay un principio ni un fin.

"Desde luego el todo fue siempre tal como ahora es, y siempre será igual."

La diferencia entre el atomimo de Epicuro y el de Demócrito, es que el primero introduce el azar en el movimiento de los átomos, dejando así espacio para la libertad, sin la cual no sería posible el hedonismo.

Y terminamos este resumen del pensamiento de Epicuro para hablar de la ética de su pensamiento. Toda finalidad en el pensamiento de Epicuro es ética y la filosofía, constituye una herramienta para alcanzar la felicidad, entendida esta como autonomía o autarkeia e imperturbabilidad del ánimo o ataraxia.

Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.

Para ser feliz, el ser humano ha de evitar el miedo y la acumulación de bienes materiales. No hay que temer a los dioses, ni al fracaso, ni al dolor, nio tampoco a la muerte. Es totalmente absurdo e irracional y no tiene ningún fundamento.

Así pues, la muerte no es real ni para los vivos ni para los muertos, ya que está lejos de los primeros y, cuando se acerca a los segundos, éstos han desaparecido ya.

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