Qué es la retórica - con ejemplos

Empezamos descubriendo qué es la retórica para conocer a qué estamos haciendo referencia. La retórica es el arte de hablar bien. Ni más ni menos.

Ya estudiada en la antigua Grecia y Roma, esta disciplina lingüística y, en cierto modo pragmática, ha demostrado que lo importante no es qué se dice sino cómo se dice. Ya sea para persuadir, conmover u otros fines, la retórica ha sido utilizada, analizada y estudiada por dramaturgos, poetas y políticos durante siglos para dar fuerza a sus discursos. Y sí, cualquier persona también emplea inconscientemente el uso del discurso retórico en su día a día.

En síntesis, la retórica se encarga de sistematizar las técnicas tanto teóricas como aplicadas de modelaje del lenguaje utilizado para conseguir un fin concreto. Es decir, el uso que se le da al lenguaje con el objetivo de convencer o persuadir.

Con ello, adornamos las oraciones no solo con la entonación, pronunciación y volumen de la voz, sino también con el empleo de lo que conocemos como figuras retóricas que son parte indispensable de este tipo de discurso.

Imagen: Slideshare

Tras el establecimiento de la democracia en la Grecia clásica, un gran número de personas tuvo que disputarse el repartimiento de sus tierras ante un tribunal. Con el fin de convencer al jurado, los terratenientes interesados en recuperar sus terrenos tuvieron que entrenar el arte de la palabra. Es así como nació la retórica, disciplina lingüística que ha llegado hasta nuestros tiempos. El lenguaje se adornaba con parafernalias lingüísticas que lo hacían más llamativo o persuasivo.

Entre los principales autores que recogieron las bases de esta técnica milenaria de conseguir lo que uno busca mediante el mero empleo del lenguaje, más allá de Córax de Siracusa y los sofistas como Gorgias, Platón y Sócrates (los cuales también trataron esta disciplina a fondo), vamos a destacar, ante todo, lo presentado en la Retórica del filósofo heleno Aristóteles.

Es La Retórica de Aristóteles es donde se sintetiza este arte en cuatro puntos principales, los cuales son:

Inventio (Invención)

El proceso mediante el que se escoge qué argumentos son válidos y cuáles no para el fin persuasivo buscado.

Dispositio (Disposición)

Se estructuran esas ideas y se empastan en un todo, es decir, un texto dotado de cohesión y coherencia. Es aquí donde nos encontramos cuatro subapartados relevantes a la hora de construir un discurso persuasivo, y que resulta muy útil incluso en la actualidad. Estos puntos serían, por orden:

• Exordio: Introducción al argumento del discurso.
• Narración: Exposición del tema principal la cual debe ser breve, clara y coherente.
• Argumentación: Donde se presentan los argumentos persuasivos principales.
• Preoración: Remate conclusivo final que pretende conmover a las masas. Es decir, persuadir al receptor.

Elocutio (Elocución)

Donde el grueso de la retórica entra en acción. Es en este momento cuando lo que conocemos como figuras retóricas juguetean por nuestro texto para construir un discurso efectivo. Aquí el embellecimiento lingüístico es primordial y se deben ajustar a su medida el uso de las metáforas, epítetos, símiles, aliteraciones, etc.

Pronuntiatio (Acción)

Llega la hora de la verdad, en lo que todo lo elaborado anteriormente entra en juego. Este es el último paso, quizá el más importante, ya que es el momento de entrar a la “acción” con la reproducción oral del discurso ante los demás interlocutores.

Además, debemos mencionar especialmente un quinto punto del discurso retórico eficaz (el cual se situaría entre elocutio y pronuntiatio) propuesto más tarde por Quintiliano unos siglos más tarde. Este nuevo procedimiento abarcaría el proceso de memorización, recibiendo el nombre de memoria, y abarcando el ensayo del discurso con el fin de recordar perfectamente los puntos principales de inflexión retórica y persuasiva que buscamos en él.

Sin tiempo ni espacio para enumerar todas y cada una de las situaciones en las que se nos presenta un texto persuasivo con fines de reacción específicos, destacaremos, quizá, los más relevantes y conocidos del mundo que nos rodea, dependiendo de los ámbitos en los que se emplea. Aquí te dejamos algunos ejemplos de retórica en la sociedad actual que te ayudarán a comprender mejor el contexto:

• Ámbitos judiciales: ¿Has visto alguna vez una película donde ocurre un juicio que finaliza con un emotivo discurso por parte del protagonista o abogado de turno? Sí, ese remate final del juicio que cambia las tornas del jurado a favor de los buenos de la película se empapa de recursos retóricos de persuasión lingüística. Esto también ocurre en la vida real, aunque sin música lacrimógena de fondo.
• Ámbitos políticos: Otro de los ejemplos de retórica lo encontramos en el ámbito político. Por supuesto, los discursos políticos están estrictamente basados en las instancias retóricas perfeccionadas con el paso de los años. El fin de convencer a sus votantes o demás partidos del congreso es un trabajo bien estructurado, estudiado y planeado bajo las premisas de la Retórica de Aristóteles. Y es que es cierto que, sin duda, cuanto más persuasivo sea un discurso más efectivo y exitoso será.
• Ámbitos publicitarios: Si alguien es experto en convencernos y hacernos comprar cosas que no necesitamos es un buen publicista. Los anuncios, aunque muchas veces carentes de extensos textos, están plagados de recursos retóricos estudiados al milímetro para llamar nuestra atención y crear necesidad en nosotros. No es un secreto que ese es el objetivo principal de la publicidad, y es en este ámbito donde mejor se ha adaptado y evolucionado el discurso retórico.
• Ámbito doméstico: No lo niegues. ¿Cuántas veces has planeado un discurso en tu cabeza con tal de convencer a alguien de algo o esperar que tus padres te regalen aquella cosa o te dejen ir a algún sitio o evento? Sí, nosotros, gente de a pie, también somos expertos en retórica. Y es que, como adelantábamos, el discurso retórico está en cada pequeña conversación con carga persuasiva que busque un efecto en los interlocutores. No importa el idioma o el lugar, la retórica es parte de nuestro lenguaje.

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