Registro informal - Definición y ejemplos


Si miramos entre los registros del habla, encontramos dos grandes grupos, que son el inculto y el culto. Ambos se subdividen a su vez en otros dos, pero hoy nos interesa conocer únicamente la definición y los ejemplos del registro informal, que se ubica dentro del lenguaje culto.
En la lección que comienza aquí de unPROFESOR, vamos a conocer por qué, aunque sepamos hablar muy bien y conozcamos profusamente el idioma que manejamos habitualmente, en este caso el español, en ciertas situaciones hacemos caso omiso a nuestros conocimientos y manejamos el lenguaje de una forma más pobre, sin prestar demasiada atención a las reglas y a los condicionamientos específicos. Todo ello dependerá del contexto en que conversemos o escribamos, de ahí su nombre de registro informal, también conocido como registro coloquial o familiar. Lo vemos.
Definición del registro informal
Dentro de los registros del habla, como hemos comentado, distinguimos entre lenguaje inculto y culto, y este último a su vez se subdividen en formal e informal. En referencia a la definición del registro informal, estaremos hablando del lenguaje que usamos cuando conversamos con personas con las que tenemos familiaridad, por lo que el tono y el uso del idioma es mucho más coloquial.
En este caso, a pesar de que tenemos conocimiento profundo de la lengua y sus reglas, por estar en un contexto de familiaridad y cercanía con amigos y personas muy íntimas, dejamos de lado los condicionamientos cultos y utilizamos una forma de hablar muy coloquial.
Lo normal cuando hablamos bajo el registro informal es que cometamos imprecisiones, interrupciones, reiteraciones de vocabulario, uso de muletillas, frases cortas, etc. Es decir, tiene una serie de características muy singulares, como observamos ahora, ya que nos dejamos llevar por la emotividad y la expresividad, dada la confianza del contexto.
El registro informal es muy habitual en el contexto de la comunicación oral. No obstante, pese a que el lenguaje formal siempre se asoció más a la escritura, entre otras situaciones, hoy día, con las redes sociales y las aplicaciones de mensajería móvil, se utiliza habitualmente también al escribir el registro informal.

Características del registro informal
Como bien hemos comentado, el registro informal posee una serie de características muy particulares que lo diferencian del formal y del vulgar. Las más importantes son:
- Generalmente se utiliza un vocabulario pobre, en el que abundan las repeticiones y las reiteraciones.
- Es un lenguaje muy expresivo, ya que el emisor no tiene la sensación de que deba guardar normas y formas especiales de cortesía salvo las básicas.
- Es habitual que se usen muchas muletillas.
- Por lo general, se utilizan frases sencillas y más bien cortas.
- Se usa en entornos muy coloquiales, en reuniones casuales entre amigos y familiares, con compañeros de trabajo en el tiempo libre, con personas de confianza, etc.
- Al escribir y hablar, se suelen añadir muchas contracciones.
- Se usan juegos de palabras, exageraciones, frases hechas y expresiones coloquiales.
- Es común añadir abreviaturas, sobre todo en la escritura.
- Se omiten palabras y se buscan ‘atajos’ para decir mucho en muy poco tiempo y con frases más cortas, como hemos comentado.
- Es normal el uso de diminutivos, apodos y elementos similares.
- Una misma idea se suele repetir reiteradamente.
- Se usan modismos que únicamente tienen significado en un contexto concreto.
- Ciertas frases pueden ser poco concisas, aunque es probable que tengan sentido para el receptor por el contexto de confianza.

Ejemplos de registro informal
Ya conocemos profusamente este tipo de lenguaje, pero para entenderlo bien, lo mejor será descubrir algunos ejemplos de registro informal. No obstante, si te fijas en tus conversaciones con familiares, amigos y compañeros de clase, ya te darás cuenta de tu uso informal del idioma:
- ¡Eh! ¡Hola! ¿Qué tal va eso?
- ¡Genial! ¿Cuántos años llevamos sin vernos? ¡Eres un tipo difícil de encontrar!
- ¡Espera! ¡No me lo digas que lo adivino! Te vas a casar.
- Pero... ¿cómo es posible...?
- ¡Aaaah! Me lo contó un pajarito...
- ¡Amigos, os quiero mucho, un montón!
- Salí con ese tipo, pero no me fue muy bien y me largué.
- ¡Qué genial que lo pasamos ayer!
- Juan cree que está muy guapo, pero en realidad es un chico feísimo.
- Mañana vamos al cine, ¿te apuntas?
- ¿Qué es eso que has encontrado? Es tan interesante que voy a tener que googlearlo.
- Quedamos a las 8 y media en la plaza esa de ahí.
- Oye, yo pensé eso, pero debí haberte escuchado en su momento.
- Ah, eso me lo dijo un pajarito.
- ¡Cómo te pasas, tía!
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