Tipos de huesos según su forma
El cuerpo de un ser humano adulto está formado por 206 huesos. En los niños, al no haber completado su desarrollo y no haberse fusionado muchos de ellos este número es todavía mayor. Los huesos pueden clasificarse para su estudio siguiendo diferentes criterios, pero uno de los más utilizados es su forma.
En esta lección de unPROFESOR veremos los tipos de huesos según su forma. ¿Sabrías decir cuántos tipos de huesos hay en tu cuerpo? ¿Es el hueso de tu pierna del mismo tipo que el hueso de tu brazo o el hueso del cráneo? En esta lección repasaremos estos y muchos más ejemplos de los tipos de huesos, ¡te invitamos a seguir leyendo!
¿Cómo se clasifican los huesos según su forma?
Para clasificar los 207 huesos que forman el esqueleto de un humano medio adulto, podemos fijarnos en su forma. Para hacer una clasificación de los huesos según su forma, debemos estudiar cuál es su eje mayor, es decir, qué parte del hueso tiene mayor magnitud o tamaño.
Para ello, verás que te será muy útil hacerte las siguientes preguntas: ¿es un huesos más largo que corto, es decir, su tamaño es más vertical o más horizontal si lo observamos en el conjunto del esqueleto? Este hueso, ¿tiene un espesor fino como una hoja de papel o es hueso grueso, como un trozo de madera macizo?
En los apartados siguientes iremos viendo cómo se describen cada uno de los siete tipos de huesos según su forma. Sí, has leído bien, siete... ¿sabrías decir alguno?
Los huesos largos
Uno de los tipos de huesos más fácilmente reconocibles por su forma son los huesos largos. Los huesos largos tienen forma de cilindro o tubo. Por tanto, son huesos que se caracterizan por ser más largos que anchos: su eje mayor es el vertical. En ellos se suele diferenciar una caña central (llamada diáfisis) y dos extremos (cada uno de los cuales es una epífisis).
El principal cometido de los huesos largos es soportar el peso del cuerpo y facilitar los movimientos y se localizan la mayoría de las veces en las extremidades, brazos y piernas, así como en las manos y los pies. Estos huesos forman parte de articulaciones que soportan grandes fuerzas, y son puntos de inserción de músculos que suelen ser pequeños pero potentes.
Los huesos largos están cubiertos con cartílago articular y en su interior están llenos de médula ósea roja, que produce las células sanguíneas encargadas del transporte de oxígeno o la respuesta inmune.
Solemos poner como ejemplo de huesos largos, huesos de gran tamaño como el fémur, la tibia o el radio, pero también son huesos largos otros de pequeño tamaño como las falanges, los metatarsianos o algunos huesos de la muñeca y el tobillo.
Los huesos cortos
Los huesos cortos o cúbicos son huesos en los que todos los ejes miden más o menos lo mismo. Al igual que lo que le pasa a los cubo, estos huesos son más o menos igual de altos, anchos y largos.
Al igual que los huesos largos tienden a ser grandes, los huesos cortos tienden a ser pequeños y no encontramos ningún ejemplo de hueso corto y largo en el esqueleto humano. Son huesos que permiten los movimientos delicados y precisos, por lo que es más lógico que se encuentren en estructuras y articulaciones que generan poca fuerza pero tengan mucha movilidad.
Ejemplos de huesos cortos nos los encontramos sobre todo dentro de la muñeca y el tobillo. Los huesos carpianos en la muñeca como el escafoides, el hueso semilunar, el piramidal, el hueso ganchoso, el pisiforme, el trapezoide y el trapecio. Y los huesos tarsianos en los tobillos como el calcáneo, el astrágalo, el cuboides, el cuneiforme lateral, etc. son buenos ejemplos de huesos cortos.
Los huesos planos
Los huesos planos destacan por ser huesos delgados, con poco espesor, y que normalmente tienen gran superficie. Los podrás diferenciar porque tienen forma de escudo, ya que suelen recubrir ciertos órganos del cuerpo o donde se necesita la inserción de grandes grupos musculares.
Si estudiamos más de cerca la estructura interna de los huesos planos, nos damos cuenta de que están formados por tres capas: las dos más externas, de tejido cortical, que da dureza y protección al hueso, y una capa de tejido esponjoso central, que le da más ligereza al hueso.
Algunos ejemplos de huesos planos son el occipital, parietal, frontal, nasal, lagrimal y el vómer en la cabeza, el esternón y costillas en el tronco y el ilion, isquion y pubis, que forman la pelvis.
Los huesos irregulares
Los huesos irregulares son aquellos que no tienen las formas propias de los otros grupos: no son cilíndricos, cúbicos o con forma de escudo, si no que tienen formas muy particulares, más complejas y características.
El ejemplo más común de huesos irregulares son las vértebras. Las vértebras son huesos que componen la columna vertebral y protegen la médula espinal. Su forma es muy peculiar ya que, a pesar de tener un patrón común, varía según la zona de la espalda; además, cada una de las vértebras tiene diferentes caras, con diferentes formas y características que encajan como si fueran las piezas de un puzle.
Otro ejemplo muy ilustrativo son los pequeños huesos que forman el oído interno. Los huesecillos que forman el oído interno se llaman martillo, yunque y estribo y permiten la transmisión del sonido mediante un intrincado mecanismo.
Los huesos sesamoideos
Los grandes desconocidos son los huesos sesamoideos. Seguro que cuando te he pedido que pensases en algún grupo de huesos, no has pensado en ellos ya que son huesos que normalmente se pasan por alto por ser pequeños, pero su función es importante.
Los huesos sesamoideos son huesos redondos, normalmente pequeños, que se localizan en los tendones de las manos y pies, pero también en las rodillas. Su función es proteger los tendones del estrés y el deterioro de la articulación, por lo que son fuente muy común de lesiones (especialmente los de las rodillas).
Paleta o rótula, el hueso que se encuentra en la parte frontal de la rodilla, en el tendón del músculo cuádriceps, es un importante hueso sesamoideo. Otro ejemplo son los huesos sesamoideos de los dedos gordos, que se encuentran en la región metatarsofalángica del dedo gordo del pie y la articulación metacarpofalángica del pulgar.
Los huesos neumáticos
Terminamos este repaso a los diferentes tipos de huesos según su forma para hablar de los huesos neumáticos que son uno de los tipos de huesos del cuerpo humano más desconocidos. Estos huesos contienen espacios en su interior, revestidos de mucosa y llenos de aire y le dan ligereza a la parte del cuerpo donde se encuentran mientras protegen ciertas estructuras u órganos.
Gran parte de los huesos que podemos encontrar alrededor de la cavidad nasal (excepto el hueso temporal), son huesos neumáticos. Aunque también son huesos neumáticos: el hueso etmoides, el esfenoides, el hueso temporal, el maxilar superior y el hueso frontal.
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