Émile Zola y sus obras más importantes
Émile Zola (1840 - 1926) fue un novelista y teórico francés, considerado el fundador y máximo representante del Naturalismo. Defensor acérrimo de la verdad, sus obras suponen un ataque a la manifiesta hipocresía de la burguesía francesa, así como al idealismo romántico de la primera mitad del siglo XIX. Sus osadías novelescas fueron tales, que bien le valieron entusiastas admiradores y fanáticos detractores, siendo estos últimos los causantes de su exilio.
En esta lección de unPROFESOR, Émile Zola y sus obras más importantes, os contaremos un poco más sobre la vida de este gran pilar de la literatura universal y resumiremos algunas de sus obras más importantes.
Quién fue Émile Zola
Antes de empezar a hablar en esta lección de unPROFESOR de las obras literarias de Émile Zola, es importante que conozcamos un poco más sobre la vida de este artista universal. Nacido en el sino de una familia de la pequeña burguesía francesa, Émile Zola pasó su infancia en Aix-en-Provence, donde famosa fue su relación de amistad con el pintor Paul Cézanne, oriundo también de esa zona y junto a quien empezó a tomar contacto con la literatura romántica de Victor Hugo y Alfred Musset.
Tras la muerte de su padre, Zola se trasladó con el resto de la familia a París para vivir, en primera persona, toda una serie de desdichas académicas y laborales que le llevaron a, en 1862, trabajar para el departamento de publicidad de la editorial Hachette. Una vez allí, su interés por la poesía y el teatro no hizó más que aumentar y le llevó a fructíferas colaboraciones con periódicos tales como Le Figaro, Le Petit Journal o Le Salut Public.
Con el paso del tiempo, Zola fue dedicándose únicamente a la escritura y sintiendo una atracción más firme hacía el realismo literario y el positivismo filosófico. En 1867 publicaría su primera obra de prestigio, Thérèse Raquin y, en los años venideros, su monumental obra Los Raugon-Macquart, así como una cantidad vertiginosa de ensayos sobre la naturaleza y objetivo de la literatura, fraguando el movimiento del Naturalismo.
Pero, como avanzábamos anteriormente en esta lección sobre Émile Zola y sus obras más importantes, Zola tuvo muchísimos detractores. Y es que tras la publicación en el periódico L'Aurore de ¡Yo acuso! (1898) se enemisto con el gobierno conservador de la República, el ejercito y la Iglesia Católica llevándolo, finalmente, a un período de exilio en el Reino Unido. Tras su indulto por el caso Dreyfus (defensado en ¡Yo acuso!), Zola regresó a París y en 1902 murió asfixiado, hecho que, a día de hoy, sigue suscitando muchas sospechas.
Thérèse Raquin (1867), la primera obra maestra de Zola
Thérèse Raquin es una novela temprana de Émile Zola que marcó la pauta a seguir de toda su posterior producción, pues en ella el escritor francés empezó a dar forma al ideario naturalista, o como se conoce también, la psicología social.
Cuenta la novela como la monótona vida de Thérèse cambia por completo tras empezar una relación sentimental con Laurent, el mejor amigo de su marido, Camille. Su estado de inopia se transforma al conocer el deseo hasta el punto en que, junto a su amante Laurent, deciden librarse de su único obstáculo, el enfermizo Camille. Pero pronto, el gozo de libertad se convierte en remordimientos y el amor y su la lujuria en puro rechazo.
Esta es una novela repleta de pasión, adulterio, asesinato y remordimiento que en ningún caso se sostiene con discursos moralistas, sino con el más neutral de los métodos científicos. Evidentemente, Thérèse Raquin jamás contó con la aprobación de los moralistas y no fueron muchos los críticos que supieron ver en ella la estela del futuro de la literatura universal.
Naná (1880), un nuevo retrato de Francia
Perteneciente a la colección Les Rougon-Macquart, centrada en desmembrar la sociedad francesa del Segundo Imperio, Naná cuenta las dichas y desdichas de la nueva estrella del Teatro de Variedades, a la vez que, estudia la herencia de pertenecer a una clase social determinada.
En el agitado París del siglo XIX, Naná se erige como la gran femme fatale capaz de conseguir aquello que desee gracias a sus atributos y, casi siempre, en detrimento, de la suerte de sus burgueses y aristócratas amantes. Pese a ello, la novela estudia también el capricho de la ambición, que parece estar ligada a las clases sociales, y que lleva a nuestra protagonista a conocer la miseria y el sufrimiento. Aunque una vez más, Zola no es moralista y nos retrata a esta prostituta con el rigor de un analista.
Germinal (1885), la novela más realista de Émile Zola
Perteneciente también a la colección Les Rougon-Macquart, Germinal es una de las novelas más duras, a la vez que realistas que jamás escribió Émile Zola. En ella, el escritor francés dedica todo el volumen al proletariado de una mina, en concreto a Étienne Lantier, quien tras haber abofeteado a su patrón, halla una nueva ocupación en las minas de carbón.
Germinal es una descripción descarnada de las miserias de los explotados y oprimidos, así como de los sentimientos que de ellos se desencadenan. El odio, el rencor, la frustración serán quienes desaten una huelga que sacará lo mejor y peor de cada uno, sin dejar mucho espacio a la esperanza.
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