Formación de las lenguas románicas en España - Resumen
La división lingüística que existe actualmente en España no siempre ha sido así. Las lenguas que se hablan en los diferentes puntos geográficos de la península han experimentado distintos estadios, cambios lingüísticos, sociales y políticos que han configurado y determinado su morfología y sistema gramatical actual. Todas y cada una de estas lenguas han pasado por una serie de fases lingüísticas y han evolucionado de manera distinta debido a cuestiones de diversa índole; desde motivos políticos, económicos hasta aquellos que son puramente lingüísticos.
En esta lección de unPROFESOR retrocederemos un poco en el tiempo para acercarnos y conocer un poquito mejor cuáles fueron los procesos de formación de las lenguas románicas en España.
¿Cuándo surgieron las lenguas romances?
La transformación del latín vulgar en las lenguas románicas se puede entender de la siguiente manera, en líneas generales:
- Entre aproximadamente el 200 a.C. y el 400 d.C., surgieron diversas formas de latín vulgar.
- Hacia el 500 y 600, estas formas empezaron a diferenciarse entre sí.
- A partir del año 800, se reconoció la existencia de lo que ahora conocemos como las lenguas romances.
El término "romance" en relación con estas lenguas aparece por primera vez en el sínodo de Tours en el año 813. Desde ese momento, se considera que la primera lengua vulgar se separó del latín y se identificó como una lengua independiente.
Esta lengua temprana, una forma de protofrancés, se llamó romana lingua o román. Sin embargo, cabe mencionar que en los Cartularios de Valpuesta hay un texto anterior del año 804, escrito en un latín muy influenciado por el romance.
Descubre aquí el origen de las lenguas romances.
Preromanización
Antes de la llegada de los romanos a la península ibérica, sabemos que existían varios pueblos que poblaban la península. De estos pueblos prerromanos no se sabemos tanto como nos gustaría, sin embargo, algunos de ellos sí fueron más importantes para la conformación lingüística actual. Por ejemplo, se sabe que los íberos habitaron la zona del levante español, los tartesos se cree que hicieron lo propio en el sur, los vascos en el norte y los celtas en el noroeste de la península.
Asimismo, griegos y cartagineses también tuvieron un papel lingüístico importante. La influencia lingüística de todos estos pueblos prerromanos podemos observarla claramente en algunos topónimos, como por ejemplo, a propia denominación de "Península Ibérica". También hemos conservado algunas inscripciones muy valiosas que pertenecieron a estos pueblos prerromanos.
Romanización de la Península Ibérica
La llegada de los romanos a la península alrededor del año 218 a.C. fue un hecho sin precedentes que influyó en el posterior devenir lingüístico de nuestro país. Se conoce con el nombre de "romanización" al proceso mediante el cual los romanos colonizaron la península, imponiendo su cultura, su forma de vida, sus leyes, sus costumbres y, sobre todo, su lengua: el latín. El influjo romano en la península fue de gran calado y duró prácticamente hasta el siglo V, que es cuando se produjo la caída del Imperio romano.
De la mano de los romanos, se instaura en la península el latín como lengua oficial, pues fue esta la que permitió la unificación de los territorios ocupados anteriormente por los distintos pueblos prerromanos. De esta forma, gracias al latín, los hispanos podían comunicarse entre ellos y, por supuesto, con Roma, la capital económica del imperio.
Por esta razón, a excepción de la lengua vasca, todas las lenguas peninsulares que hoy conocemos tienen en común su origen latino pues todas ellas derivan, de una forma u otra, de la lengua que trajeron los romanos.
Proceso de formación de las lenguas romances
A partir de la caída del Imperio romano, los territorios romanizados se disgregaron y lo mismo ocurrió con el latín. Llegó un momento en que cada territorio hablaba un latín diferente y no eran capaces de entenderse mutuamente y es en este preciso momento cuando nacen los distintos dialectos romances que después se convertirán en las lenguas romances que hoy en día conocemos.
Este proceso, sin embargo no fue fácil ni se produjo de un día para otro. Hay que tener en cuenta que en la península también estuvieron, a partir del año 711, los árabes, quienes nos han dejado infinidad de palabras de origen árabe que pueblan nuestra lengua castellana y se conocen con el nombre de "arabismos". Es más, en época de la Reconquista de los reinos cristianos del norte, en la península existían distintos dialectos romances: el catalán, el navarro-aragonés, el astur-leonés, el gallego, el castellano o, incluso, el mozárabe.
Con el paso de los siglos, algunos de estos dialectos romances se constituyeron en lenguas, gracias a políticas reales y normalizaciones lingüísticas, una de las más importantes fue la llevada a cabo el monarca castellano Alfonso X el Sabio, puesto que durante su reinado se instauró el castellano como lenguaje oficial de la cancillería, lo cual le otorgó un prestigio y valor que permitieron su conversión en lengua.
Por otra parte, el catalán o el gallego también pasaron a ser lenguas, tal y como las conocemos hoy. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con el astur-leonés y el navarro-aragonés, los cuales no poseen la categoría de lenguas sino que más bien se considerar dialectos históricos, puesto que proceden directamente del latín, en contraposición a otros dialectos actuales, como el andaluz, el extremeño o el canario, que tienen su origen en el castellano.
¿Cuál fue la primera lengua románica de Europa?
La identificación de la primera lengua románica en Europa es un tema complejo y debatido entre los lingüistas. Sin embargo, se considera que el romance que se hablaba en la región que ahora es Francia fue una de las primeras lenguas románicas en evolucionar a partir del latín vulgar. Esta forma temprana del romance se conoce como “protofrancés” y se hablaba en la región de la Galia durante los primeros siglos de la Edad Media.
El término “romance” se relaciona principalmente con las lenguas derivadas del latín vulgar y su evolución en diferentes regiones de Europa. No obstante, no hay una única primera lengua románica, ya que la transición del latín vulgar a las lenguas romances fue un proceso gradual que ocurrió de manera simultánea en diversas áreas geográficas.
¿Cómo se forma la lengua española?
Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, el latín culto perdió su dominio y el latín vulgar ganó protagonismo. En este contexto, las transformaciones del latín dieron lugar al romance castellano, que se originó en la región del Reino de Castilla y se extendió por toda la Península Ibérica durante la Edad Media.
La primera versión del español no solo fue influenciada por el latín vulgar, sino también por el celta, el griego y el germánico. En el siglo VIII, la llegada de los musulmanes a la Península introdujo nuevas influencias de lenguas como el árabe y el bereber.
En las zonas donde se formaban los reinos cristianos, surgieron variantes de la lengua como las modalidades romances catalana, gallego-portuguesa, astur o aragonesa.
Alfonso X, a partir de 1200, desempeñó un papel crucial al impulsar el castellano como lengua. En su corte se escribieron obras originales en castellano y se tradujeron otras, lo que marcó un avance importante para la difusión del idioma.
La conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492 también fue un hito que contribuyó a consolidar el castellano. En ese mismo año, Antonio de Nebrija publicó Gramática de la lengua castellana, el primer tratado que estudiaba la gramática de un idioma europeo.
Con la llegada de España a América, el español se extendió por gran parte del continente, dando lugar a numerosos dialectos y variantes con diferencias tanto en la pronunciación como en el vocabulario. Además, la influencia de las lenguas nativas y del inglés contribuyó a las diversas variaciones de la lengua.
En unProfesor te dejamos una lección con la historia y evolución de la lengua española.
Lenguas romances en España
A nivel global, se estima que más de 900 millones de personas hablan lenguas romances, convirtiéndolas en la familia lingüística más extendida del mundo. En España, diversas lenguas romances coexisten, contribuyendo significativamente a la riqueza cultural del país. Descubre aquí las lenguas romances en Europa.
Las lenguas romances en España son seis, junto con sus variantes: español, catalán, valenciano, gallego, aragonés y asturleonés. Cada lengua tiene su propia historia, influencias y contribuciones al conjunto lingüístico español.
El castellano
El castellano es una de las lenguas oficiales de España y se habla en todo el país. Con más de 490 millones de hablantes en todo el mundo, el español, originario de la región de Castilla, se expandió globalmente debido a la colonización y exploración llevada a cabo por España en los siglos XVI y XVII.
El español ya es la segunda lengua materna del planeta, con 500 millones de personas.
El catalán
El catalán es una lengua romance hablada en Cataluña, las islas Baleares, la región catalana de Francia y la comarca murciana de El Carche. Con alrededor de 10 millones de hablantes, el catalán tiene una fuerte presencia cultural y literaria, siendo una lengua oficial en Cataluña y las islas Baleares.
El valenciano
El valenciano comparte raíces con el catalán, pero se considera una lengua propia según el estatuto de autonomía de la Comunidad Valenciana. Cuenta con casi 2.5 millones de hablantes y su denominación surgió en el siglo XV en el Reino de Valencia, al tener que referirse a la lengua hablada en la región.
El gallego
El gallego es una lengua romance hablada en la región de Galicia. Con cerca de 3 millones de hablantes, comparte similitudes con el portugués y tiene una rica tradición literaria, además de variantes dialectales dentro de Galicia.
El aragonés
El aragonés es hablado en la región de Aragón y desciende directamente del extinto navarroaragonés, que tuvo una expansión importante en la Edad Media. Aunque tiene un número limitado de hablantes, alrededor de 10,000 personas, el aragonés es significativo para la identidad cultural de la región, y la Academia Aragonesa de la Lengua trabaja en su preservación y promoción.
El asturleonés
El asturiano o asturleonés, con sus variantes, se habla en Asturias y León. Con aproximadamente 100,000 hablantes, está experimentando un renacimiento cultural, a pesar de no ser una lengua oficial. Se esfuerzan por revitalizar su uso y otorgarle oficialidad, y cuenta con variedades lingüísticas como el cántabro o el extremeño, que han desarrollado sus propios rasgos identitarios.
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- de Malkiel, M. R. L. (1949). " Saber"‘soler’en las lenguas romances y sus antecedentes grecolatinos. Romance Philology, 2(4), 269-283.
- Lorenzo González, G. (1995). La sintaxis de los clíticos del asturiano en el contexto de las lenguas romances: Desarrollo y evaluación de algunas hipótesis.