Qué es un lexema: definición y ejemplos


Empezamos una lección en unPROFESOR para saber exactamente qué es un lexema. A continuación, vamos a conocer la definición, a la que añadiremos algunos ejemplos para que no te quede ninguna duda al respecto. Es importante, antes de comenzar, saber que no se puede confundir nunca un morfema y un lexema. Son conceptos afines en la gramática española, pero difieren en aspectos básicos que veremos en breve.
Así pues, prepárate para comenzar, porque aquí arranca esta lección en la que saldremos de dudas respecto a la definición del lexema que, para que quede totalmente claro, entenderemos perfectamente por medio de diversos ejemplos.
Lexema: definición sencilla
Veamos primero qué es un lexema. También conocido como morfema léxico, es la unidad mínima en una palabra a la que se le puede otorgar valor léxico. Es decir, para entenderlo perfectamente, es aquella que tiene significado por sí misma.
Entendemos el lexema como la raíz en una palabra que no contiene otros morfemas gramaticales. O sea, es esa parte que se mantiene siempre exactamente igual sea cual fuere la derivación o variación que se le haga.
Así pues, a un lexema se le pueden añadir otros morfemas que tendrán información extra, pero este nunca perderá su significado central. Aun así, se le pueden añadir detalles gramaticales referentes al sexo o género, a la cantidad o número, a la persona, al modo o al tiempo.
Para entenderlo perfectamente, veámoslo con un ejemplo claro extraído de la palabra Libro:
- Libr-o
- Libr-os
- Libr-ería
- Libr-ero
- Libr-ito
- Libr-azo

Tipos de lexemas
Pero, para entender perfectamente qué es un lexema, es importante distinguir los diversos tipos con los que nos podemos encontrar. Para ello, veamos cuáles son estos:
- Lexemas libres: también conocidos como lexemas independientes, son aquellos en los que coinciden totalmente la forma de la palabra en sí, por lo que no se ha de añadir un morfema gramatical para que se complete su sentido: azul – árbol – luz – reloj – sal – pared.
- Lexemas trabados: en este caso, también conocidos como lexemas ligados, nos referimos a aquellos en que hace falta uno o más morfemas, que serán los encargados de completar el significado. Los citados morfemas aportarán información gramatical de modo, género, tiempo, persona, o número: muchach-o, muchach-a. carr-o, carr-uajes. Am-o, am-as.
Diferencias entre morfemas y lexemas
Como ya hemos comentado al comienzo, merece la pena establecer claramente cuáles son las diferencias entre morfemas y lexemas, de modo que no caigamos en error o confusión:
- El morfema es la unidad mínima en que se descompone una palabra, tanto de tipo léxico como gramatical. Cuando hablamos de tipo léxico, considerado como morfema léxico, sí que podemos hablar de lexema, pero no a nivel gramatical, pues en este caso se considera morfema sintáctico.
- El morfema léxico es el lexema, unidad mínima con valor léxico. Por su parte, este contiene morfemas gramaticales, que se consideran gramemas, que son los que a su vez contienen la información sintáctica únicamente.
- Un lexema siempre será considerado un morfema, pero no siempre se da el caso contrario.

Ejemplos de lexemas
En la gramática española, también podemos encontrar diversos ejemplos de lexemas según las circunstancias especiales de cada caso, como observamos a continuación:
- Encontramos lexemas que forman palabras por sí solos, como ya vimos. Sirven para formar palabras derivadas si se añaden más lexemas o morfemas, pero tienen significado y valor léxico por sí mismos: caracol, alcohol, cáncer.
- También existen casos en que se puede añadir un lexema a otro lexema para formar una palabra nueva. En estos casos, se añade un significado particular, y ambos componen dicho significado: tanatofobia (unión de tanato y fobia) – miedo a la muerte. Teléfono (unión de tele y fono) – aparato para hablar a distancia.
- Igualmente se puede añadir a un lexema un morfema para formar palabras que varían su significado, como ya hemos comprobado. En este caso, se puede tratar tanto de sufijos como prefijos, dependiendo del lugar en el que se añade el morfema. O sea, que se fijan al final o al inicio de la palabra para complementar el significado final: circulación, circul-(a)ción. Lubricar, lubric-ar. Deshidratación, des-hidrata-ción.
- Otros ejemplos, por ejemplo, con deport, un lexema muy común, son: deport-e, deport-ivo, anti-deport-ivo, deport-istas, deport-iva, pre-deport-ivo. Y así, podríamos hacerlo con un enorme número de lexemas que nos ofrece la lengua española.
Si deseas leer más artículos parecidos a Qué es un lexema: definición y ejemplos, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Gramática y Lingüística.