Empédocles y la teoría de los 4 elementos: resumen

A lo largo de todo el período presocrático, los filósofos buscaron cuál podría ser el principio constitutivo del Cosmos, el arjé o arché, origen de todos los seres de la naturaleza.

Los filósofos de la escuela de Mileto y los pitagóricos propusieron como principio tanto a elementos como el aire o el agua como a principios abstractos como los números. A ello se sumó unas concepciones de la realidad muy diferentes. Así, Parménides estableció que la realidad era una e inmutable, mientras Heráclito mantuvo que la naturaleza se caracteriza por un cambio constante y continuo.

La filosofía de Empédocles fue uno de los primeros intentos de tratar de concordar las dos posturas estableciendo que el arjé estaba constituido por una variedad de elementos y que, dentro de ese cambio constante, mantenía una inmutabilidad. Pero ¿cuáles fueron los elementos o principios constitutivos de todas las cosas para Empédocles?

Según la teoría de los 4 elementos de Empédocles, los principios constitutivos de todas las cosas son cuatro rhicómata o raíces. Unas raíces que se corresponden con los cuatro elementos naturales:

• el agua
• el aire
• la tierra
• el fuego

Los cuatro serían ese arjé buscados por los filósofos presocráticos anteriores como Tales de Mileto, Anaxímenes o Heráclito, aunque a diferencia de ellos, Empédocles establecía que esos principios eran cualitativamente inalterables, inmutables y eternos.

Esta concepción de la materia y el Cosmos establecida por Empédocles no se refiere a la tierra, el agua, el aire y el fuego como elementos químicos, sino como componentes básicos de la realidad.

Según Empédocles, los cuatro elementos podían definirse como:

• La tierra sería la parte sólida y más estable y formaría parte de la mayor parte de las sustancias sólidas como los minerales o las rocas.
• El agua es la cohesión y la fluidez y está en los líquidos.
• El fuego es el cambio y la energía, el calor y la transformación.
• El aire es el movimiento y la ligereza y está relacionado con todas las formas gaseosas en las que se presenta la materia.

Pero ¿cuál es la fuerza que provoca el cambio continuo, el devenir de las cosas? Para Empédocles, todo cambia gracias a dos enormes fuerzas cósmicas que él denominó el Amor y el Odio:

• El Amor tiene la fuerza de unir a los cuatro elementos, atrayéndose unos a los otros por ser tan diferentes
• Mientras el Odio es la gran fuera disgregadora.

Si el amor es la fuerza que predomina, todo lo que se crea es perfección y pureza. Una armonía que el Odio se encarga de deshacer, sembrando el caos. Tras ese momento de separación y desazón, el amor vuelve a intervenir para unir de nuevo lo que el Odio ha separado. Un ciclo que va construyendo y destruyendo el Cosmos.

Estos cuatro elementos y dos fuerzas que los van moviendo son asimismo la fuente del conocimiento. Así, al estar el ser humano compuesto por estos cuatro elementos es capaz de conocer aquello que es semejante a él. Todo lo que le rodea va emanando unos flujos con los que entra en contacto a través de los sentidos y así es capaz de reconocer los objetos y conocerlos. La diversidad del mundo también se explica gracias a este cambio y transformación constante de la realidad.

La teoría de los 4 elementos de Empédocles tuvo una gran influencia en la filosofía antigua, si bien se fue refinando y redefiniendo, dando lugar a nuevas teorías para explicar cuál es la composición de la materia y cómo funciona el Cosmos.

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