Las Señoritas de Avignon – Comentario breve

"Las señoritas de Avignon" ("Les Demoiselles d'Avignon") es una de las obras más icónicas de la prolífica trayectoria artística de Pablo Picasso. Un cuadro que él pintó en el año 1907 y que constituye una las primeras obras del cubismo, movimiento artístico de vanguardia liderado por Picasso, Braque y Juan Gris.

“Las señoritas de Avignon” o “Las señoritas de la calle Avinyó” se exhibe en el MOMA de Nueva York y tiene unas dimensiones de 243.9 × 233.7 cm. En el cuadro, Picasso representa a cinco mujeres que parecen estar desnudas o semidesnudas en un espacio interior, reproduciendo el pintor una escena de un prostíbulo de la calle Avinyó, en Barcelona, calle en la que abundaban este tipo de locales. De esta manera, la referencia a Avignon sería totalmente arbitraria.

Las figuras se ordenan en tres bandas verticales, ubicándose en el centro las dos figuras de aspecto más clásico al adoptar la pose clásica de las “Venus”, si bien ya se puede apreciar en ellas cierto esquematismo y antinaturalismo, esto es, se aleja de las convenciones e ideales. Así, el resto de las figuras femeninas son retratadas siguiendo los cánones cubistas y sus rostros adquieren el aspecto de máscaras tribales, una clara influencia del arte africano en Picasso. Por último, tras las cinco prostitutas hay un fondo de cortinas y, a sus pies, se reproduce un bodegón de frutas.

Los colores son planos, sin gradaciones, y sin recurrir al uso de sombras, luces y volúmenes, predominando la línea. Una línea geométrica que descompone a las figuras en formas básicas y angulosas.

En esta otra lección te hablamos de Pablo Picasso y el cubismo.

El contexto histórico en el que se creó esta polémica obra de Pablo Picasso estuvo marcado por una serie de acontecimientos que nos permiten comprender mejor algunas de las características de la obra:

En el París de principios del siglo XX, el arte trata de ser revolucionario y renovarse rompiendo con toda la tradición anterior. “Las señoritas de Avignón”, aunque pintada entre 1906 y 1907, no se expuso hasta en el año 1916. Con anterioridad, el cuadro solo lo había enseñado Picasso a un reducido grupo de amigos, quedando todos conmocionados por lo irreverente y rupturista que resultaba. Sea como fuere, este cuadro resultó ser el punto de partida del cubismo.

A comienzos del siglo XX, en España crecía el malestar social y la leyes que trataban de regular las condiciones de trabajo fueron parciales o no llegaron a aplicarse. En 1910 el país estaba sacudido por la violencia, las huelgas, la carestía de los alimentos, el hambre, la escasez de vivienda para los obreros, la agitación contra la monarquía y la guerra de Marruecos. En Europa el panorama era similar y el asesinato del archiduque Francisco Fernando, sobrino del Emperador y heredero al trono austro-húngaro, supuso la chispa que dio comienzo a la primera Guerra Mundial.

En estos años también se experimentaron numerosos e importantes cambios sociales y culturales, cuestionándose también la tradición en el campo de la ciencia y la filosofía. Asimismo, disciplinas como la antropología o la arqueología comenzaron a popularizar el arte prehistórico y el de culturas primitivas como las africanas. El interés por el primitivismo y las culturas no occidental están también detrás del desarrollo del cubismo.

“Las señoritas de Avignon” también nos habla de una época en la que la sexualidad y el papel de la mujer en la sociedad estaban comenzando a cambiar. La obra rompió con las convenciones tradicionales de belleza y sexualidad al posar las mujeres desnudas y de manera impúdica. Así, Picasso habría bautizado el cuadro como “El burdel filosófico”, siendo el crítico y pintor André Salmón, quién le daría el nombre de Las señoritas de Avinyó al recordarle un prostíbulo de esa calle en el que las prostitutas estaban completamente desnudas.

Comenzaremos este comentario de Las Señoritas de Avignon hablando del tema que se narra en dicha obra de arte. Al parecer Pablo Picasso a la hora de realizar esta pintura se inspiró en un prostíbulo que se encontraba en la calle barcelonesa de Aviñon, a la cual según el artista le tenía cierto cariño pues en esa calle era donde el compraba mucho de los papeles y acuarelas para pintar.

Las Señoritas de Avignon se trata de una pintura donde se puede observar la presencia de cinco figuras féminas desnudas que se pueden organizar en tres líneas verticales:

Las dos figuras centrales

Cubiertas en parte por unas toallas aunque sin ocultar su desnudez que se pueden clasificar como las más “clásicas”, porque a pesar de ser reducidas hasta las formas más esquemáticas, la posición de llevar los brazos levantados por detrás sus cabezas nos puede recordar a las “venus” de otras etapas artísticas.

Además, si nos fijamos bien son las únicas que han sido representadas desde un punto de vista frontal, pues en las otras tres figuras alterna el punto de vista frontal y lateral.

La figura situada en la izquierda

Aparece de perfil como saliendo tras unas cortinas de color rojizo, con una especie de bata de seda o satén dejándonos ver sus muslos y senos, siendo esta la que posee la tonalidad de piel más oscura quizás haciendo alusión a las diferencias raciales entre las distintas prostitutas del burdel.

La figura del extremo derecho

Vemos de nuevo la presencia de dos figuras, una que está cuclillas y otra de pie que son las que aparecen con un tratamiento más alejado de lo que es la pintura convencional, pues sus rostros están absolutamente deformados guardando quizás cierta semejanza con las máscaras africanas.

Todas vienen a ocupar casi la totalidad del lienzo, en un espacio plano carente de perspectiva, en el que solo se puede distinguir dos colores, el rojizo de la cortina de la izquierda y el azul que ocupa el centro y la derecha de la pintura, lo cual se nos hace imposible saber si la escena tiene lugar en un exterior o interior.

En la parte inferior de la composición, la presencia de un bodegón formado por una tajada de sandía, un racimo y de uvas y un par de peras que al igual que las mujeres han sido reducidas a las formas geométricas más esquemáticas y simplificadas.

Continuamos este breve comentario de Las Señoritas de Avignon para hablar ahora de la técnica. Picasso utilizó la técnica del óleo sobre lienzo para pintar este cuadro; en cuanto al tamaño del formato son de 243,9 x 233,7 cm.

Referente a los colores, se tratan de colores cálidos, de pinceladas anchas, sin utilizar ningún tipo de degradación, es decir, se trata de colores planos, haciendo caso omiso a los juegos de sombras, que su vez le daban volumen a la obra, iluminación y perspectivas que hasta entonces había sido uno de los principios más seguidos y estudiados por los artistas, por lo que obra está representada en primer plano, y carece de fondo.

Picasso fue fiel a sus principios cubistas, siendo este uno de sus primeros cuadros donde quiso representar una nueva forma de ver la realidad. ¿Cómo? Haciendo de lo imposible lo posible, pues va a plasmar todas las dimensiones vistas desde un único plano, que es lo que se conoce como “perspectiva múltiple”, es decir, para que nos quede aún más claro, si tú te pones de frente a otra persona que te esté por ejemplo de perfil, uno de sus ojos no lo podrás ver.

Pues eso es lo que va hacer Picasso en sus pinturas cubistas que aunque eligiendo un único punto de vista va a representar todos y cada uno de los lados produciéndose esa deformación que además simplifica a formas esquemáticas, aunque en este caso siguen siendo figurativas.

En esta otra lección de unPROFESOR te descubrimos la relación entre Picasso y el cubismo.

"Las señoritas de Avignon" es una obra temprana y básica del cubismo, encuadrándose en la fase conocida como cubismo analítico o cubismo de formas geométricas. Un tipo de cubismo que se caracteriza por la descomposición extrema de lo representado en planos superpuestos y formas geométricas.

En esta obra, Picasso procede a descomponer las cinco figuras femeninas y otros elementos en planos angulares, recurriendo también a una perspectiva ambigua y una simplificación de los rostros. Por último, como forma de enfatizar más la abstracción, el pintor utilizó una gama limitada de tonos marrones y grises.

El cubismo analítico surgió en el año 1907, año de realización del cuadro y, con él, del arranque del movimiento. Estamos justo en los momentos más experimentales y radicales del cubismo. Una etapa que también fue más compleja y requirió de un mayor ejercicio de introspección y abstracción de las formas.

“Las señoritas de Avignon” marcan así el comienzo del llamado período africano o Protocubismo de Picasso. Una etapa en la que el pintor rompe de manera radical con el realismo, así como con todos los cánones de la perspectiva e ideales de la representación del cuerpo femenino. La obra tuvo como consecuencia una auténtica conmoción del escenario artístico y supuso el pistoletazo de salida del cubismo y del arte de vanguardia.

Picasso siempre rechazó dar una explicación a sus obras, dejando siempre un halo de misterio y ambigüedad en muchas de ellas. En el caso de este cuadro, Picasso también jugó con el posible mensaje que podría tener su obra.

Al ser una pintura tan provocadora y controvertida, los críticos han querido ver todo tipo de mensajes: desde un mensaje moral sobre los peligros de las enfermedades venéreas, muy comunes entre la comunidad artística del París de aquella época, y que el pintor plasmaría en la progresiva deformidad de los cuerpos de las mujeres, a una reflexión sobre la sexualidad y la prostitución.

Otros aspectos que también pueden apreciarse en la obra son el desafío radical y totalmente revolucionario de Picasso al romper con las formas clásicas, la apreciación de las culturas primitivas no occidentales o una reflexión sobre las distintas percepciones que tenemos de una misma realidad.

La razón última detrás de la creación de “Las señoritas de Avignon” es múltiple y es fruto de varios factores, tanto personales como artísticos. Unos factores que se entrelazaron en la vida de Picasso y, sin una explicación única, llevaron al pintor a crear una obra única y todo un referente para el arte de vanguardia.

Entre las posibles razones que contribuyeron a la génesis de esta pintura se destacan:

• Búsqueda de nuevas formas de expresión.
• Fascinación por el arte no occidental.
• Experiencias sociales y personales del pintor, especialmente en los barrios marginales de París, ciudad en la que vivió la vida bohemia de los círculos artísticos de la ciudad.

Para terminar este comentario de Las Señoritas de Avignon daremos paso a las conclusiones. Queda claro al contemplar esta obra que Picasso quiso innovar e interpretar la realidad a su manera, reduciéndolo todo a formas geométricas y muy esquemáticas, algo que ya había hecho con anterioridad Cézanne en sus composiciones y que Picasso se pudo dejar influenciar por él, pues ya en alguna ocasión dejó claro que era un artista que le interesaba mucho.

También es interesante el hecho de que uno de los rostros de las mujeres se asemeje mucho a una máscara africana como dijimos anteriormente y es que en aquellos tiempos tuvieron lugar muchas exposiciones en París vinculada al arte ibérico, celta, egipcio, africano… que hasta entonces nunca antes se habían visto, se trataban pues de culturas muy distintas a las europeas, y Picasso quizás con esta representación quiso dejar claro que se dejó engullir ante estas hermosas civilizaciones.

Como curiosidad tenemos que decir que Picasso conservó esta pintura durante varios años en su estudio por miedo a que su obra no fuera comprendida, una obra además donde a lo largo de seis meses Picasso haría en torno a unos 800 entre dibujos y bocetos donde se puede apreciar la evolución que siguió para representar lo que hoy vemos.

Si deseas leer más artículos parecidos a Las Señoritas de Avignon – Comentario breve, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Historia.