Principales representantes del positivismo sociológico

El positivismo es una corriente filosófica que se desarrolló y tuvo gran influencia en la historia de la filosofía a lo largo del siglo XIX. Así, el positivismo es una corriente que deriva del empirismo y de la epistemología. Un movimiento que surge en Europa de la mano de los pensadores franceses Henri de Saint-Simon y Auguste Comte y del británico John Stuart Mill a comienzos del siglo XIX, extendiéndose por el resto del continente a lo largo de la segunda mitad de ese siglo.

Esta corriente no presenta un conjunto de tesis recogidas en un escrito concreto, siendo más bien una determinada actitud y que puede resumirse en lo esencial: el conocimiento genuino se limita a la interpretación de los hallazgos perceptibles y verificables por la experiencia.

Entre los principales representantes del positivismo tenemos que destacar como antecedentes a figuras como los físicos matemáticos o géometres franceses del siglo XVIII y en los que confluían tres corrientes: la física newtoniana, el mecanicismo geomátrico cartesiano y el empirismo británico.

En este momento de “protopositivismo” se destacan dos grupos de pensadores: Lagrange, Laplace y D'Alambert, además de Turgot y Condillac, considerados estos tres últimos como fundadores del positivismo. Otros pensadores consideran que el padre del positivismo moderno sería Hume (XVIII).

Los representantes del positivismo clásico serían:

• Auguste Comte (1798-1857). Comte está considerado el fundador del positivismo. Este autor establece en sus obras como la solo la ciencia positiva es la vía para determinar las leyes que gobiernan tanto la naturaleza como la propia historia social, entendida ésta como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos o estados sociales. Entre sus principales obras se destacan "Curso de filosofía positiva" (1842) y "Discurso sobre el espíritu positivo" (1844).
• Henri de Saint-Simon (1760-1825). Saint-Simon fue un filósofo, economista y teórico socialista francés que fue uno de los primeros pensadores que mantuvo que el objeto de la nueva ciencia es una totalidad y ésta es más que la suma de las partes. Así, al igual que Comte, sostuvo que la sociedad era una realidad que solo puede ser abordada desde la totalidad. Su obra tuvo una gran influencia en la política, la sociología, la economía y la filosofía de la ciencia. Entre sus obras se destacan “El sistema industrial”(Du système industriel)” (1820), y su libro más importante, ”Nuevo cristianismo”(Nouveau Christianisme), (1825).
• John Stuart Mill (1806-1873). Mill fue un filósofo y economista inglés que llegó a ser uno de los grandes representantes del positivismo inglés. Este autor estableció que todo el conocimiento humano tenía origen en la experiencia observable, aprendiendo el ser humano a través de la experiencia. Es autor de obras como "Sistema de lógica deducida de la experiencia" (1843) y "El utilitarismo" (1861).
• Herbert Spencer (1820-1903). Filósofo y sociólogo inglés, uno de los representantes más significativos del positivismo y autor de obras como "Principios de sociología" (1876-1896) y "La educación: intelectual, moral y física" (1861).

Henri de Saint Simon (1760 – 1825) es uno de los principales representantes del positivismo sociológico. Fue un filósofo francés y uno de los pensadores más destacados del siglo XIX, estuvo muy influenciado por la filosofía iluminista, pretendía, con sus teorías acerca de la igualdad y los derechos naturales, reconstruir la sociedad. La nueva sociedad que propone Saint-Simon, estaría dirigida por una élite científica y espiritual y otra industrial o temporal.

“Decimos claramente ¿cuál será, en definitiva, el destino político de los industriales? Los industriales se constituirán en la primera clase de la sociedad; los más importantes de entre los industriales se encargarán, gratuitamente, de dirigir la administración de la riqueza pública: ellos serán quienes hagan la ley y quienes marcarán el rango que las otras clases ocuparán entre ellas; concederán a cada una de ellas una importancia proporcional a los servicios que cada una haga a la industria. Tal será inevitablemente, el resultado final de la actual revolución; y cuando se haga este resultado, la tranquilidad quedará completamente asegurada, la prosperidad pública avanzará con toda la rapidez posible, y la sociedad disfrutará de toda felicidad individual y colectiva a la que la naturaleza humana puede aspirar”.

Este pensador defenderá la existencia de 3 estados en la historia de la humanidad:

• 1ª etapa: esclavitud y politeísmo
• 2ª etapa: feudalismo y teísmo
• 3ª etapa: industrialismo y positivismo

Obras más importantes de Sant-Simon

Las obras más importantes de Saint-Simon son las siguientes:

• Sobre la propiedad y la legislación (1814).
• La industria (1816-1818).
• El Catecismo de los Industriales (1823-1824)
• El Nuevo Cristianismo (1825).

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Pero si hablamos de los principales representantes del positivismo sociológico debemos mencionar a Augusto Comte, filósofo y sociólogo francés, se propuso reformar la sociedad dándole una organización basada en la ciencia y en la filosofía positiva.

Este filósofo francés está considerado el padre del positivismo sociológico y como Saint-Simon, criticaba al revolución, por sus consecuencias, apostando por la educación de todas las clases sociales para garantizar el progreso. El progreso y el orden, son para Comte, inseparables.

Comte formula su popular ley de los 3 estados, para explicar las distintas fases por las que ha pasado la historia de la humanidad:

Ley 1: Estado teórico o teológico

En esta primera etapa el ser humano encuentra que la causa de los fenómenos, se debe a fuerzas sobrenaturales. Su poder político se fundamenta en el derecho divino y la sociedad es teocrática. Un ejemplo lo tenemos en Egipto, Grecia, Roma y la Edad media

Ley 2: Estado metafísico

En una segunda etapa se considera que la causa de los fenómenos, no se debe a una fuerza divina y sobrenatural, sino a una fuerza abstracta, y el poder político, que se basaba en principios racionales, emana de la voluntad popular. Ejemplos de este estado: desde la Reforma Protestante hasta la Revolución Francesa.

Ley 3: Estado positivo

Esta última etapa, es la etapa positiva, aquella que echa por tierra cualquier tipo de explicación metafísica, dado que tienden a ser confusas. Los fenómenos y las relaciones entre ellos, se explican a partir del método científico: observación, experimentación, comparación, predicción. Además, solo es posible conocer aquellas cosas que llegan a nosotros a través de los sentidos, la ciencia no entiende de esencias. Todo conocimiento que no pueda ser comprobado científicamente, se queda fuera del ámbito del saber.

“Así, el verdadero espíritu positivo consiste, ante todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales”.

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Stuart Mill (1806-1873), se aparta del dogmatismo característico del positivismo inglés, y de su método matemático de conocimiento, para apostar por el modelo empirista propio de la modernidad. Así, el filósofo, trata de hacer de la ética y la moral, una ciencia, gracias a la cual, podría llegar a cambiar la sociedad, y que todos los seres humano fueran felices.

Sus obras más importantes son: Principios de Economía Política (1848) y Sobre la Libertad y la Religión (1859).

“No hay mejor prueba del progreso de la civilización que el progreso del poder de cooperación.”

Y terminamos esta lección sobre los principales representantes del positivismo sociológico para hablar de Francis Bacon. Filósofo, político, abogado, escritor, y padre del empirismo filosófico y científico, que desarrolla en su obra más conocida, De la dignificación y progreso de la ciencia, toda una teoría del conocimiento. Novum organum instaura las reglas del método científico experimental lo que le convierte en uno de los fundadores del pensamiento científico de la edad moderna.

En el libro I de Aforismos, se recoge esta crítica en referencia a Aristóteles:

“La lógica en uso es más propia para conservar y perpetuar los errores que se dan en las nociones vulgares que para descubrir la verdad: de modo que es más perjudicial que útil”.

El positivismo es una de las corrientes filosóficas más destacadas del siglo XIX. Una corriente que se distingue por las siguientes características:

• Los positivistas defienden el método científico como el único método posible para conseguir un conocimiento válido. Así, estos filósofos rechazaron las nociones a priori y los conceptos o creencias de tipo universal que no hayan sido sometidos a una comprobación científica. Una postura denominada cientificismo.
• El hecho es la única realidad científica, mientras que la experiencia y la intuición son los métodos que el saber utiliza.
• Esta corriente identificó el progreso científico con el progreso de la humanidad.
• Se opta por el conocimiento de carácter científico respaldado siempre por el método científico, especialmente el método inductivo como estrategia de investigación. Un método científico que se aplica tanto a esas investigaciones científicas como a las humanísticas.
• Se defiende el empirismo, esto es, todo conocimiento se adquiere a través de la experiencia o la observación.
• La capacidad del ser humano para adquirir conocimiento es limitada.
• La verdad no es absoluta.
• No hay diferencia entre la apariencia y la esencia.
• Además, el conocimiento es subjetivo sin que existan ideas innatas.
• El objetivo de la filosofía es el monopolio del saber.
• Los positivistas consideraban que tanto la metafísica como la teología como pseudociencias al buscar respuestas más allá de la ciencia.
• Las corrientes positivistas fueron el positivismo ideológico, el empiriocriticismo, el positivismo conceptual, el positivismo analítico, el positivismo analítico, el positivismo sociológico, el empiriocriticismo y el neopositivismo.

El positivismo surgió en el siglo XIX en Francia en un contexto histórico de cambio y revolución, de la Revolución francesa a la Industrial.

La Revolución Francesa marcó un antes y un después en la historia de Europa. Todas las esferas de la vida pública se vieron afectadas por una profunda transformación. Desde la economía a la ciencia, el ejército, el arte, la moda, la educación y otros aspectos de la vida cambiaron, pasando el modelo de Estado francés a ser un referente para otros países. Los ideales de la revolución, ideales ilustrados de libertad, igualdad y fraternidad, despertaron tanto la atracción como el rechazo. Más aún cuando fue un momento de gran violencia, incluyendo el ajusticiamiento del monarca Luis XVI y su esposa María Antonieta en la guillotina.

La reestructuración del Estado y la sociedad no fue un proceso rápido ni lineal y el panorama social fue convulso durante décadas. El antiguo régimen fue desapareciendo, dando paso a una sociedad de clases, alcanzando la burguesía un poder cada vez mayor. La caída de las monarquías absolutas y la expansión de las ideas liberales durante la era napoleónica y décadas posteriores sentaron las bases para las revoluciones burguesas y la expansión del liberalismo.

La Revolución Industrial también provocó una profunda transformación económica y social. Las ciudades se transforman al instalarse grandes fábricas y provocar el éxodo del campo a la ciudad en busca de trabajo. El descontento al enfrentarse a unas pésimas condiciones de vida trajo consigo la los movimientos obreros contra la explotación y la lucha de clases.

Los gobiernos constitucionales parlamentarios, la defensa de la soberanía popular y el nacionalismo son otras de las constantes políticas de este siglo en el que el término “científico”, creado por William Whewell en 1833, será una de las palabras más icónicas y definitorias del momento.

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