Pintores expresionistas alemanes

Entre las principales características del expresionismo alemán se destacan:

• Desencanto y desconfianza hacia la realidad y el progreso auspiciado por la modernidad.
• Idea de que las personas carecen de libertad y autonomía, reducidas solo a ser meras piezas del sistema y estar manejadas por el poder.
• El artista deja que el instinto y la intuición se antepongan a la razón.
• La subjetividad, lo onírico, lo psicológico y lo primario juegan un importante papel en la creación de las obras artísticas.
• No se trata nunca de idealizar la realidad, mostrando abiertamente sentimientos como la angustia, la miseria, la crueldad, el miedo, la soledad, etcétera.
• En lo estilístico, los pintores expresionistas alemanes optaron por formas angulosas, no utilizar la perspectiva clásica y deformar las figuras en función de los sentimientos.
• Otras características son el uso expresivo del color, las pastas gruesas y ásperas, así como el de líneas oblicuas y la superposición de escenas.

Entre los pintores expresionistas alemanes más destacados se encuentra Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938). Constituye uno de los grandes representantes del expresionismo, siendo miembro de Die Brücke (El Puente) desde 1905 y disolviéndolo en 1913. Un cambio que llevó a Kirchner a evolucionar del Impresionismo al Expresionismo, tratando temas como los retratos, los paisajes y los desnudos.

Aunque no tuvo mucho éxito en sus exposiciones, Kirchner se refugió en la pintura como forma de escapar de enfermedades mentales que le asaltaron tras su paso por el frente durante la Primera Guerra Mundial.

Muchas de sus obras fueron destruidas por los nazis en el año 1937, suicidándose él en 1938. Entre sus principales obras se destaca Escena de calle de Berlín, Autorretrato como soldado y Cinco mujeres en la calle.

Marc fue uno de los principales pintores expresionistas alemanes, formando parte de la corriente Der Blaue Reiter (El jinete azul). Sus obras se caracterizan por retratar animales y emplear colores primarios llenos de brillo y cargados de emociones.

Así, Marc confería un significado a cada color. El amarillo lo identificaba con la alegría, mientras que el azul representaba la espiritualidad y el rojo, la violencia. Un uso del color inspirado en el pintor Robert Delaunay y con el que trataba de mostrar la vitalidad y la fuerza de la naturaleza. Así, Marc rechazó representar seres humanos al considerarlos indignos de ello.

Su respeto hacia los animales se plasmó en sus numerosos retratos de caballos y cuervos, inspirándose en las pinturas rupestres. Entre sus obras más representativas se hallan El caballo azul; La vaca amarilla y El destino de los animales.

La pintora Kathe Köllwitz forma también parte de los pintores expresionistas alemanes más importantes, destacándose por una obra eminentemente social, al mostrar a las clases trabajadoras, a los marginados y los olvidados de la sociedad. Esta pintora estudió en la Escuela de Mujeres de la Academia de Berlín y en la Escuela de Arte de Múnich, llegando a ser nombrada miembro de la Academia Prusiana de las Artes, siendo la primera mujer en ocupar una plaza en esa institución.

Pacifista convencida, en sus obras mostró la muerte, la maternidad, las causas sociales, el pacifismo, el horror de las madres como botín de guerra, así como la vulnerabilidad de la población femenina en la guerra y en el régimen nazi. Unas denuncias por las que fue perseguía por el gobierno nazi, privada de su cargo como directora de la clase de grabado y se la mantuvo recluida, prohibiéndole hacer exposiciones. Falleció en 1945, unos días antes de finalizar la II Guerra Mundial.

Entre sus obras se destaca la serie de aguafuertes titulados La crianza de los tejedores (1893-1897), inspirados en la obra de teatro Los tejedores de GerhartHauptmann, donde se denuncia la opresión del proletariado.

Otto Dix dio sus primeros pasos con el expresionismo mostrando la realidad desde su lado menos agradable, más feo, crudo y satírico. Era hijo de obreros, pero su gran talento como dibujante le llevó a ser considerado como uno de los grandes talentos del momento. Un artista muy personal y con grandes influencias de los renacentistas alemanes, además de los cubistas, futurista y dadaístas.

Su participación en la Primera Guerra Mundial le afectó enormemente, volviendo su arte más crítico. Un espíritu crítico que se agudizó con la llegada de los nazis al poder, siendo destituido de su plaza de catedrático de bellas artes. Algunas de sus obras fueron quemadas por los nazis, otras, robadas, siendo considerado por el régimen como un artista degenerado. Sus obras más representativas son La guerra; Jugadores de cartas; Retrato de la periodista Sylvia von Harden.

Terminamos este repaso a los pintores expresionistas alemanes para hablar de Georg Grosz que fue uno de los miembros del movimiento Dadá para terminar en el movimiento Nueva Objetividad antes del alzamiento del Tercer Reich. Fue también un buen dibujante y caricaturista, involucrándose en el expresionismo antes de la Primera Guerra Mundial. Un conflicto que le dejo una enorme huella, mostrando así obras llenas de violencia, visiones apocalípticas y críticas políticas.

Entre sus obras más representativas: Caín o Hitler en el infierno, Funeral dedicado a Oscar Panizza, Grey Day.

El expresionismo alemán fue un movimiento artístico y cultural surgido en Alemania a comienzos del siglo XX, aproximadamente entre los años 1910 y 1930, dentro de un contexto de gran agitación social, política y económica que precedió y siguió a la Primera Guerra Mundial. Este movimiento se manifestó en diversas formas de arte como, por ejemplo, la pintura, la literatura, la arquitectura, la danza, el teatro, la música y, de manera destacable, en el cine.

El expresionismo alemán se caracterizó por contar con un estilo visual dramático e intenso que buscaba expresar emociones subjetivas más que representar la realidad objetiva. Para conseguirlo, los artistas y cineastas expresionistas emplearon colores llamativos, formas distorsionadas y escenarios angulares y desproporcionados como medio para transmitir una sensación de ansiedad, alienación y miedo, reflejando así la angustia existencial, así como las tensiones sociales de la época. Descubre aquí las principales características del expresionismo alemán.

Por lo que respecta a la pintura, tenemos que destacar a figuras como Ernst Ludwig Kirchner y Emil Nolde. Unos artistas que cuentan con una obra pictórica llena de emoción y simbolismo. En la literatura, escritores como Franz Kafka y Rainer María Rilke consiguieron capturar toda la inquietud y desazón que invade al individuo en un mundo tan opresivo como deshumanizado y deshumanizante. Aquí tienes los 5 mejores pintores expresionistas alemanes.

El cine expresionista alemán es quizás la manifestación más conocida del movimiento contando con películas realmente icónicas y rompedoras. Así, El gabinete del doctor Caligari (1920), de Robert Wine, Metrópolis (1927) de Fritz Lang y Nosferatu (1922) de F.W. Murnau. Unas películas realmente famosas e unpactantes por sus inquietantes escenografías, su iluminación de alto contraste y los temas oscuros que exploraban la psique humana y las luchas internas que sufrían sus personajes.

La influencia del expresionismo alemán fue grande, influyendo en movimientos artísticos posteriores como el surrealismo, además de establecer una estética de lo más icónica y aún vigente hoy en día.

A la hora de establecer quién sería el mayor exponente del expresionismo alemán acuden a nuestra memoria dos nombres que representan esta estética a la perfección. Por un lado, tenemos que hablar del pintor Ernst Ludwig Kirchner, un artista fundamental dentro del desarrollo del movimiento, además de ser uno de los fundadores del grupo Die Brücke (El puente).

Este grupo, fundado en 1905, estuvo formado por un colectivo de artistas que buscaba romper con todos los convencionalismos del academicismo y expresar emociones intensas mediante un estilo visual de lo más radical y rompedor.

Sus obras se caracterizan por el uso de colores fuertes y contrastes fuerte, líneas angulosas y distorsionadas, que reflejan la alienación y la angustia de la vida moderna. Sus representaciones de escenas urbanas, como la serie “Berlín”, muestran un mundo lleno de dinamismo, soledad y desesperación existencial.

Por otro lado, también tendríamos que hablar de uno de los grandes nombres del cine, el director expresionista Fritz Lang. Nacido en Viena en 1890, Lang comenzó a trabajar en el cine en la década de 1910, justo en el momento en el que el expresionismo alemán estaba en auge.

Fritz Lang es mundialmente conocido por una de sus películas, Metrópolis (1927), toda una obra maestra del cine, además de una de las más influyentes dentro de la historia del cine y el arte. Metrópolis constituye una visión distópica del futuro, impresionante por ser visionaria y monumental, además de ser un reflejo del conflicto entre la opulencia en la que viven los ricos y la miseria que atormenta a los trabajadores.

La utilización de escenarios monumentales, una iluminación dramática y el simbolismo visual son todos elementos característicos del expresionismo alemán. Otra de sus películas, M, el vampiro de Düsseldorf (1931), también es clave para entender el expresionismo en el arte.

El pintor más famoso de Alemania durante el expresionismo alemán es Ernst Ludwig Kirchner. Un pintor nacido en 1880, en Aschaffenburg, y que fue uno de los principales nombres dentro del expresionismo alemán, además de ser uno de los fundadores del influyente grupo artístico Die Brücke (El Puente) en el año 1905.

Dentro de Die Brücke se encontraban también nombres como Karl Schmidt-Rottluff y Erich Heckel, entre otros. Unos artistas que buscaban un nuevo y rompedor lenguaje visual que dejase a un lado las convenciones del arte académico, expresando así las emociones y las experiencias personales de una manera directa.

Kirchner es conocido por utilizar el color de manera audaz, además de echar mano de una paleta vibrante y pinceladas angulares como forma de captar la ansiedad y la alienación ocasionada por la vida moderna. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Calle de Berlín” (1913-1914), obra en la que muestra una escena urbana llena de energía, pero también de una profunda sensación de soledad. Las figuras humanas se distorsionan y los rostros tienen una expresión de vacío y desesperación, muestra de los turbulentos tiempos que le tocaba vivir.

La obra de Kirchner también tuvo gran influencia en artistas posteriores, especialmente aspectos como la expresión emocional y el enfoque en la subjetividad, además de su capacidad para capturar la angustia y cierto aire de belleza en un mundo tan cambiante y angustioso. Sea como fuere, Kirchner se vio superado por la tragedia de los tiempos que le tocaron vivir y se suicidó en 1938 como consecuencia de las duras experiencias vividas durante la Primera Guerra Mundial.

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