Principales representantes de la escolástica en la filosofía
Esta lección de unPROFESOR la dedicaremos a los principales representantes de la escolástica en la filosofía. Esta corriente teológico filosófica se desarrolla desde el año 1100 hasta el 1700, y consiste en una combinación de la filosofía platónica y aristotélica con la verdad de la revelación cristiana es decir, con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. La palabra escolástica, deriva del latín scholasticus, que viene del griego σχολαστικός, lo que puede traducirse como “perteneciente a la escuela” y fue la corriente predominante durante toda la Edad Media. El tema central de la filosofía escolástica giraba en torno a la relación razón y fe y el problema de los universales. Si quieres saber más continua leyendo este artículo.
Breve resumen de la escolástica
Antes de conocer a los principales representantes de la escolástica en la filosofía es esencial conocer el contexto histórico en el que nos encontramos. La principal preocupación de la filosofía escolástica era la relación entre razón y fe, o lo que es lo mismo, entre filosofía y teología, junto al problema de los universales. Pues bien, todo esto será tratado de formas diferentes por los principales representantes de esta corriente, que rompe con el pensamiento científico en pro de la verdad de la revelación cristiana, aunque sí es cierto que abogaban por el pensamiento lógico y discursivo.
El pensamiento escolástico es un intento de conciliación entre razón y fe, y así, establecen entre ambas una relación de dependencia por la cual, la primera, siempre se subordinará a la segunda, a la que puede ayudar a comprender sus verdades, la sabiduría de la revelación cristiana, pero en ningún caso sustituirla.
Los principales representantes de la filosofía medieval son los siguientes:
- Siglo XI -XII: san Anselmo, Pedro Abelardo, Roscelino, Averroes, Maimónides...
- Siglo XIII: santo Tomás de Aquino, san Alberto Magno, Roger Bacon, san Buenaventura, Duns Escoto, Henry de Ghent.
- Siglo XIV: Guillermo de Ockham. Final de la escolástica.
A continuación explicaremos más detalladamente a los principales representantes de la escolástica en filosofía.
Los 7 principales representantes de la escolástica
Aquí te dejamos una completa lista con los nombres de los representantes de la escolástica en la filosofía para que conozcas mejor su contribución en la historia de la filosofía.
1. Juan Escoto Eriúgena (815-877)
Su principal aportación a la historia del pensamiento es la creación del primer sistema filosófico del medievo, además de haber traducido al latín las obras del neoplatónico Dionisio el Areopagita. Eriúgena. Este filósofo, se negó a que sus obras fuesen censuradas, por lo que que se enfrenta al papa Nicolás I. Por otro lado, Eriúgena afirma que no existe la condenación, frente a la tradición y que todos los seres humanos irán al cielo tras la muerte.
2. San Anselmo de Canterbury (1033-1109)
Anselmo nace en Aosta es otro de los representantes de la escolástica en la filosofía. Fue nombrado arzobispo de Canterbury por el rey de Inglaterra, Guillermo I el Conquistador, y durante este tiempo, decide empezar a redactar sus obras, a plasmar su pensamiento y sus enseñanzas en sus escritos. En el año 1077 escribe Monologium, una obra que refleja la influencia de san Agustín y en ella describe a Dios como el Ser más supremo, a la vez que descubre sus atributos. En el año 1078, escribe Proslogium (1078). En este libro redacta su famosos argumento ontológico para demostrar la existencia de Dios, el ser más grande de todos los seres, y por encima de él no hay nadie. Dado que es imposible pensar en la existencia de un ser más superior a Dios, por ende, Dios tiene que existir.
3. Pedro Abelardo (1079-1142)
Filósofo y teólogo nacido en Le Pallet (Bretaña), que estudió con Roscelino, filósofo nominalista y con el realista Guillermo de Champeaux, aunque más tarde se mostraría crítico con los que habían sido sus maestros. En el año 1121 publica su primera obra, un tratado sobre la Trinidad (1121), obra que fue condenada y Aberlardo, obligado a dejar Saint-Denis-en-France. Así, el filósofo funda su propia capilla, la Paraclete, y poco más tarde lo nombran abad del monasterio de Saint-Gildas-de-Rhuis. En el año 1132 escribe su autobiografía, Historia Calamitatum (Historia de mis desventuras, 1132). También durante este periodo es cuando escribe sus famosas cartas a Eloísa, todo un clásico de la literatura de corte romántico. Los dos fueron enterrados juntos en la capilla de la Paraclete.
4. San Buenaventura (1217-1274)
Teólogo cristiano y vicario general de los franciscanos, defiende buena parte de la física aristotélica, pero rechaza su metafísica por considerar que iba en contra de la fe cristiana. Toda su obra se centrará en el problema del alma y de la iluminación, así como la relación del alma con Dios. Entre sus obras más destacadas se encuentran, Itinerario de la mente hacia Dios, que escribe en el año 1259 y sus tratados místicos.
5. Santo Tomás de Aquino (1225-1274)
Santo Tomás de Aquino es otro de los principales representantes de la escolástica en la filosofía. Estudia la filosofía de Aristóteles y los averroístas, que trata de reconciliar con la filosofía de san Agustín. En cuento a la relación entre razón y fe, el filósofo va a defender que existe una dependencia, una subordinación de la primera a la segunda (subordinación de la filosofía a la teología y de la iglesia al estado). Porque aunque la razón puede ayudar a la fe a comprender algunas verdades, algunas, como la Trinidad, solo ser conocidas a través de la revelación. Va a defender un realismo moderado frente al realismo extremo predominante en la época, pero defendía la existencia de los universales frente al nominalismo y conceptualismo.
6. Juan Duns Escoto (1266-1308)
Teólogo y filósofo escocés, creador de su propia escuela y autor de Sus escritos más importantes Comentarios sobre las Sentencias y Cuestiones quodlibetic, donde analizar los conceptos de causalidad y posibilidad, a fin de demostrar la existencia de Dios. Este pensador afirma que la teología y la filosofía, aunque independientes, se complementan, ya que la segunda puede ayudar a la primera.
7. Guillermo de Ockham (1285-1349)
Guillermo de Ockham es otro de los representantes de la escolástica en la filosofía. Fue un filósofo y teólogo inglés y teólogo escolástico y el principal representante de la escuela nominalista, y negará la posibilidad de demostrar la existencia de Dios a través de la razón, ya que ésta solo es demostrable por medio de la revelación divina. Supone una ruptura total entre razón y fe, entre filosofía y teología. A él se le atribuye el principio conocido como ‘la navaja de Ockham’, o principio de economía, que rechaza la multiplicación innecesaria de los entes. Con Ockham, empieza el declive de la filosofía escolástica y el comienzo de la edad moderna.
¿Quién es el padre de la escolástica?
Lejos de la tradicional creencia de considerar la Edad Media como un periodo oscuro en lo cultural, este momento histórico vio surgir a algunos de los grandes pensadores de la historia del pensamiento occidental. Entre ellos se destacan figuras de la talla de:
- San Agustín de Hipona (354 – 430)
- San Isidoro de Sevilla (560 – 636)
- Juan Escoto Erígena (815 – 877)
- Avicena (980 – 1037)
- San Anselmo de Canterbury (1033 – 1109)
- Pedro Abelardo (1079 – 1142)
- San Bernardo de Claraval (1090 – 1153)
- Hildegarda von Bingen (1098 – 1179)
- Santo Tomás de Aquino (1225-1275)
Uno de los más destacados y considerado como padre de la escolástica es San Anselmo de Canterbury, teólogo y filósofo escolástico conocido por haber planteado lo que se denominó como “el argumento ontológico” o demostración de la existencia de Dios. Su filosofía estuvo enfocada en la comprensión de la fe y la utilizó como argumento para justificar la existencia de Dios considerando siempre que solo existía una verdad y esta era la revelada por Dios. Una verdad que es objeto de la fe.
Para San Anselmo, la razón solo añadía comprensión a la fe y la reforzaba, pero no tenía ni la capacidad ni la autonomía para alcanzar la verdad por sí sola. La razón solo puede resultarnos útil para aportar luz a la creencia (“credo, tu intelligam”), dependiendo siempre y subordinándose a la fe. Así, San Anselmo se convierte en padre de la escolástica temprana al señalar que es necesario creer para comprender.
En sus obras Monologion y Proslogion, San Anselmo expone diferentes argumentos que pretenden demostrar la existencia de Dios, acompañándolo de reflexiones teológicas. Es aquí, en la segunda de sus obras, en la que San Anselmo nos ofrece el argumento ontológico en el capítulo II del Proslogion. El filósofo Immanuel Kant (1724-1804) creó este término al estudiar la obra de San Anselmo y el argumento ontológico puede ser descrito en varios puntos:
Dios es lo mejor de lo cual nada puede pensarse, pero Dios tiene que existir fuera de nuestra mente ya que al ser perfecto y estar por encima de todas las cosas ha de existir. Al ser la existencia una cualidad de la perfección, el ser perfecto sería el más real. Así, Dios tiene que existir no solo en nuestra mente como una idea, sino también fuera de la mente como una parte de la realidad.
El argumento ontológico ha sido un razonamiento polémico a lo largo de la historia de la filosofía al ser aceptado por filósofos como Descartes o Hegel o rechazado por otras figuras como Santo Tomás. Hume o Kant.
¿Cuáles fueron los principales aportes de la escolástica?
La escolástica es un corriente filosófica y teológica medieval que llevó a cabo varias e importantes aportaciones en diferentes campos del saber, incluso en la economía. Los filósofos escolásticos abordaron todos estos temas desde una perspectiva moral, influyendo en teorías como la del valor, la usura o el precio justo.
Otros aportes de la escolástica a la economía fueron la división de la sociedad en realeza, clero, señores feudales y siervos, creando así la estructura de la economía feudal basada en la agricultura y la ganadería. El feudo se convertía en una unidad económica, estableciéndose una serie de relaciones de patronazgo entre señor y vasallo que hacían que esta unidad gozase de cierta independencia a nivel político.
Por otra parte, las decisiones políticas, económicas y sociales tenían que ser coherentes con las doctrinas cristianas. Para ello era fundamental una educación rígida para el aprendizaje de esas doctrinas, siendo básicas la fe y la razón. De esta manera todo pensamiento estaba sometido al principio de autoridad y la enseñanza se tenía que plegar a la Biblia, la principal fuente de conocimiento para los escolásticos.
El método escolástico de aprendizaje desarrollado por estos filósofos y teólogos se desarrolló y difundió especialmente en las universidades, siendo uno de los métodos de aprendizaje más utilizados desde la Baja Edad Media hasta la Edad Moderna. En el siglo XIX se retomó por el movimiento neoescolástico, siendo empleado también desde el siglo XX hasta la actualidad por los neotomistas al considerarlo un método de aprendizaje que permite el desarrollo de habilidades y competencias elevadas, además de ayudar al estudiante a crear e innovar con ideas que ayuden a la defensa intelectual de cualquier tesis, refutar siempre con argumentos válidos y relegar a un segundo plano el debate ocioso en favor del productivo y enriquecedor.
¿Qué es el método escolástico?
El método escolástico es un método de aprendizaje que buscaba la innovación intelectual, la creatividad académica y el desarrollo de unas competencias cognitivas excelentes. Para ello, la base del aprendizaje era siempre la unión teórica y práctica de la fe y la razón, subordinándose la razón a la fe y armonizando moral, razón y fe.
El término escolástica (scholasticus en latín) significa el que enseña o estudia en la escuela, aplicándose desde el Renacimiento a esta corriente filosófica que superó los límites del occidente cristiana ya que existió también una escolástica judía y una árabe. Unas escolásticas que tuvieron cierto trasvase de ideas e influencias.
El método escolástico de aprendizaje empleado en la Edad Media y en el Occidente cristiano estaba constituido por tres etapas:
- la lectio, lectura o lección.
- La quastio o cuestionamiento.
- La disputatio o debate.
Dentro del ámbito académico, este método tenía como fases la interpretación, la argumentación y la contraargumentación como medios de aprender y defender ideas o tesis de todo tipo de artes y ciencias, desde las artes liberales a la filosofía o la teología.
El método también se caracterizaba por el recurso a la autoridad de los textos sagrados de la Biblia, la fe y a la razón. En ese sentido, el método escolástico se mantuvo fiel al lema establecido por San Agustín de Hipona y San Anselmo de Canterbury: “intellectus quarens fidem” o “la fe que busca comprender”.
Debates académicos
Las disputas o debates académicos eran de dos tipos:
- La cuestión disputada ordinaria (quaestio disputata), que tenía lugar dos o tres veces por semana y consistía en la discusión de un tema predeterminado al cual el lector o maestro debía dar una respuesta final,
- La cuestión extraordinaria sobre cualquier tema, de quolibet o cuodlibeto, sin ningún orden del día y desarrollada por algún escolástico destacado que discutía públicamente con interlocutores voluntarios.
Las cuestiones seguían el siguiente esquema:
- Exposición del tema o presentación de la cuestión en forma de pregunta retórica.
- Exposición de razones o testimonios en favor o en contra de ese planteamiento.
- Cuerpo de la cuestión, en el que el escolástico responde ordenadamente a las razones que no considera de peso, ofreciendo la determinatio, esto es, su propia opinión al respecto.
Los temas estudiados por la escolástica suelen quedar siempre determinados por los choques entre la fe y la razón, siendo estudios de tipo teológico, ahondando también en cuestiones de tipo antropológico, epistemológico, cosmológico, éticas, psicológicas o lógicas.
Este método también recibió críticas, especialmente por quedarse más en lo formal que en el contenido, esto es, exceso de formalismo, además de tacharse de oscurantistas en lo que a la ciencia se refiere. Una acusación nacida durante el período de la Ilustración, momento en el que la razón y la ciencia cargaron contra la filosofía medieval cristiana.
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Frederick Charles Copleston. Historia de la Filosofía. Vol. II. Ed. Ariel.