Quiénes eran los otomanos
Durante la Edad Moderna encontraremos una serie de países altamente importantes que podemos definir como las superpotencias de la época. Encontrándose en polos bastante opuestos, estas dos tendrán una serie de enfrentamientos bélicos donde demostraban su fuerza armamentística. En esta lección de unPROFESOR os aclararemos quiénes eran los otomanos, un imperio que consiguió doblegar a muchos países cristianos del Mediterráneo llegando, incluso, hasta las puertas de Viena.
¿Cuál es el origen de los otomanos?
La historia de los otomanos surge en la región de Anatolia, también llamada Asia Menor, siendo la región en la que actualmente situamos a la nación conocida como Turquía. En el siglo XI, este territorio estaba bajo el dominio del Sultanato de Rum, el cual estaba el dominio de la cultura musulmana de los selyúcidas. Una de las etnias ubicadas en esta tierra era la de los turcomanos, siendo una de las más relevantes, pero también de las peor tratadas.
Ya en el siglo XIII, los selyúcidas fueron derrotados por el poderoso Imperio Mongol, que habían comenzado un proceso de conquista en el que acabarían tomando gran parte de Asia y Europa. Aprovechando esta situación, la etnia de los turcomanos lograron su independencia, provocando el surgimiento de numerosas tribus solitarias e independientes. La más importante de estas tribus estuvo liderada por Osman I, siendo el causante de una serie de campañas y conquistas para poder expandir su territorio. Osman se aprovechó de la debilidad de los bizantinos para ir robándoles territorios, ampliando las regiones de los turcomanos.
Ya en el siglo XIV, los descendientes de Osman I fueron ampliando los territorios de la civilización creada por este, logrando importantes conquistas que fueron formando algo semejante a un poderoso imperio. El territorio de los otomanos abarcaba la zona de Anatolia, parte de Medio Oriente y de los actuales Balcanes, siendo por lo tanto una nación tanto asiática como europea.
Finalmente en 1453, tuvo lugar la conquista de Constantinopla, hasta aquel momento capital del Imperio Bizantino, por parte del sultán Mehmed II. Fue en este momento que tuvo lugar el origen del Imperio Otomano, y por lo que podemos decir que este fue el nacimiento del pueblo otomano como tal.
Aquí te descubrimos un resumen de la historia del Imperio Otomano.
El pueblo otomano
Los conocidos como otomanos eran, en realidad, el conocido Imperio Turco que estuvo en activo desde el año 1299 hasta el año 1923, por tanto, podemos decir que es uno de los imperios más longevos a lo largo de toda la historia. Durante ese gran periodo de tiempo, fueron ganando y perdiendo tierras, al igual que sufrieron enormes crisis internas que hacían que las fuerzas ante sus enemigos menguaran en gran manera.
Así pues, los siglos XVI-XVII serán los más importantes dentro de ese gran imperio, por ser los años de mayor esplendor, frente al resto de reinos europeos. Este Imperio acabó en el año 1923 tras la Primera Guerra Mundial, durante la cual muchas de sus provincias del Cáucaso se revelaron apoyando a sus enemigos, el Imperio ruso y el Imperio Británico, eso y la mala estrategia hizo que fueran perdiéndose batallas por toda Asia Menor y Anatolia, hasta deshacerse por completo.
Será un reino multiétnico, pues abarcará desde Asia menor hasta Marruecos, incluyendo por el norte la península de Anatolia, llegando incluso a las puertas de Viena. Por ello, encontraremos un sinfín de pueblos sometidos al poder del sultán, el cual, desde la capital, dirigía todos los asuntos del poder y hasta donde debían de llegar los tributos.
Imperio otomano: países
El Imperio Otomano abarcó un extenso territorio conformado por un gran variedad de territorios en Europa, Asia y África. Por ello las naciones actuales que formaron parte del imperio otomano son los siguientes:
- Turquía : El centro histórico y geográfico del Imperio Otomano, siendo su origen y el lugar donde estaba su capital. También fue el último territorio en independizarse antes de la desaparición de los otomanos.
- Grecia: Varios territorios de Grecia estuvieron bajo dominio otomano, siendo ejemplos de ello la región de Tesalia, Macedonia, el Peloponeso o las islas del Egeo.
- Bulgaria: Gran parte de Bulgaria estuvo bajo control otomano durante casi cinco siglos, hasta su independencia en el siglo XIX.
- Serbia: El territorio de Serbia estuvo bajo dominio otomano durante varios siglos, hasta que fue poco a poco ganando su independencia.
- Albania: El territorio actual de Albania fue parte del Imperio Otomano durante varios siglos, logrando su independencia a principios del siglo XX.
- Bosnia y Herzegovina: Esta región estuvo bajo control otomano hasta que en 1878 fue ocupada por el Imperio Austrohúngaro. Nunca hubo ningún acercamiento para recuperar este territorio, tal vez por la cada vez mayor debilidad de los otomanos.
- Rumania: Parte de Rumania estuvo bajo dominio otomano hasta principios del siglo XIX, siendo el momento en el que lograron la independencia.
- Hungría: Una parte de Hungría estuvo bajo dominio otomano durante el momento de mayor esplendor de los otomanos, pero poco después fue conquistada por los Habsburgo.
- Siria: Una gran parte de lo que ahora es Siria estuvo bajo control otomano durante siglos, hasta que el imperio colapsó poco después de la Primera Guerra Mundial.
- Palestina: La región de Palestina estuvo bajo dominio otomano durante 4 siglos, hasta poco después de la Primera Guerra Mundial.
- Irak: Una de las primeras regiones de los otomanos, los cuales la mantuvieron hasta la Primera Guerra Mundial.
- Armenia: Una de las regiones que más sufrió a manos de los otomanos, recibiendo un fuerte genocidio por su parte durante la Primera Guerra Mundial.
- Egipto: El territorio de Egipto fue una importante parte de los otomanos durante siglos. Es considerado uno de los territorios más relevantes de los que tuvo el imperio otomano, siendo el único que tuvo en suelo africano.
Economía de los otomanos
Dentro de nuestra lección sobre quiénes eran los otomanos, debemos hacer mención a la economía que practicaron. Debido a la posición estratégica que tenían y al control que ejercían sobre los territorios, se convirtieron en los intermediarios de la famosa ruta de la seda y de las especias, pues estos elementos provenían de Asia y, al tener ellos el control de todas las rutas terrestres que conectaban con Europa, ejercían un poder supremo.
Fue por ello por lo que se realizó el viaje de Cristóbal Colón, en el ansia de encontrar una ruta alternativa para evitar los excesivos aranceles de los turcos, además de obtener una ruta mucho más rápida mediante el mar. Igualmente encontraremos la circunvalación de África por parte de los portugueses buscando el mismo fin.
De esta forma, los otomanos en muchas ocasiones tuvieron que enfrentarse a los reinos cristianos para intentar mantener su estatus utilizando, en gran medida, el uso de corsarios y de reinos vasallos que debían atacar tanto los barcos mercantes como los militares procedentes de los reinos europeos, convirtiéndose el Mediterráneo en el campo de batalla por excelencia.
Así una de las batallas más importantes en mar que conocemos será la batalla de Lepanto, en la que el Imperio otomano perdió, aunque al año siguiente su flota se había doblado haciendo ver al resto de reinos Mediterráneos su poder.
Religión de los otomanos
Otro de los puntos importantes dentro de la lección sobre quiénes eran los otomanos, lo encontraremos en el aspecto religioso. Dado que era un conglomerado heterogéneo de países que fueron siendo adheridos a lo largo de los siglos, encontraremos diferentes religiones y dentro de estas varias diversificaciones. P
Por ello, encontraremos un núcleo alto de cristianos procedentes del antiguo Imperio Bizantino que en el año 1454 caía en las manos del Imperio Otomano, siendo uno de los momentos más duros para los reinos cristianos pues Constantinopla, se tenía como la puerta a Occidente, y por ello, al controlarla ahora los turcos el peligro de una invasión era intensa, sobre todo ahora que la Reconquista en la Península Ibérica se encontraba en la recta final.
Por otro lado, los judíos también se encontraban por dichos territorios, dado que toda la costa siro-palestina, Hungría y otros puntos del imperio eran los núcleos por antonomasia de esta religión. Tanto los judíos como los cristianos vivían en una relativa paz, dado que eran minorías protegidas que debían de pagar una serie de impuestos para poder mantener su religión y tener una cierta seguridad ante el resto de población.
Además, encontraremos las diversas ramas del islam, desde las más radicales hasta las más moderadas y que siempre cohabitaron entre gran tensión, provocando problemas por el imperio.
Cultura del imperio otomano
Hemos de mencionar de manera muy resumida parte de la cultura que entraría a formar parte de la cristiana en sus diversos tratados comerciales. A día de hoy, los productos orientales siguen teniendo un halo de objeto exótico y por lo tanto mucha gente los quiere poseer; en la Edad Moderna y durante la Edad Contemporánea también pasaba lo mismo y ya desde el S XVI muchos nobles y aristócratas querían obtener objetos orientales para adornar sus casas.
Además de esto, encontraremos que el estilo oriental llegó a ser tan fuerte que incluso en el arte rococó encontraremos algunos elementos de dicho origen. Igualmente, en los intercambios, los cultivos del melón, el albaricoque, legumbres e incluso el café llegaron a las mesas europeas, abriéndose un nuevo capítulo en la alimentación.
De igual modo, a partir del S XVII, veremos obras pictóricas aludiendo a temas orientales, al igual que diversas obras literarias, en las que se narraban encuentros de cristianos y de otomanos en actividades por el Mediterráneo.
¿Por qué cayó el imperio otomano?
El final del Imperio Otomano fue un punto clave en la historia de Medio Oriente y Europa Oriental, ya que estos cambios provocaron un profundo cambio en toda la región. Debemos entender que las razones de la caída del imperio otomano se pueden encontrar en la Primera Guerra Mundial.
A finales de la Primera Guerra Mundial, los otomanos eran cada vez más conscientes de que iban a perder la guerra, sufriendo numerosas derrotas que aumentaron su ya de por sí crisis económica. En su punto final, los otomanos firmaron la rendición en el Armisticio de Mudros, retirándose de la guerra, y acordando una serie de pagos para sus vencedores, como por ejemplo la pérdida de abundantes territorios.
La pérdida de territorios se unió a la crisis económica y a los cada vez mayo número de nacionalismo minoritarios, que no paraban de debilitar a un ya debilitado imperio otomano. Esta crisis aumentó con la firma del Tratado de Sevres en 1920, por el que el Imperio Otomano fue desmantelado. Naciones y grupos étnicos que formaban parte del imperio lograron la independencia gracias a la ayuda de naciones europeas, terminando con el extenso territorio otomano.
La debilidad del imperio otomano concluyó con la Guerra de Independencia Turca entre 1919 y 1922, que terminó con el sultanato y trajo la independencia de Turquía, perdiendo el imperio otomano por ello todos sus territorios. Por ello el final del imperio otomano tuvo lugar en 1924.
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