Figuras literarias: tipos y ejemplos

Las figuras literarias se encargan de embellecer el lenguaje de forma no natural o artificial. Normalmente, son muy utilizadas en la literatura, aunque también lo encontramos comúnmente en discursos oratorios o retóricos. Es por ello por lo que debemos afirmar que no es algo exclusivo de un lenguaje, por ejemplo el español, sino que se pueden encontrar en cualquier idioma de una forma u otra.

En conjunto, estas figuras retóricas suelen jugar, sobre todo, con la fonética del discurso, su gramática o sus valores semánticos. Al construirse de una manera artificiosa y antinatural en un lenguaje concreto, su expresividad suele verse aumentada notablemente. Es por ello por lo que los poetas se nutren con total normalidad de estos recursos literarios que son las figuras retóricas.

Existen decenas de figuras retóricas (de hecho, bastantes más de cien), por lo que nos tendremos que centrar en el presente artículo de las más importantes en cuanto a su ejemplificación. Aunque, dicho sea, sí que trataremos de enlistar todas ellas en su clasificación, a pesar de que no podamos ahondar en cada una de ellas.

Como bien decíamos antes, las figuras literarias sirven para embellecer el discurso. Es un adorno lingüístico que se añade al texto para resaltar algún elemento concreto que resulte interesante para el escritor y, por tanto, para el lector o receptor. En muchas ocasiones, estas figuras retóricas expresan sentimientos o emociones que no están expresadas explícitamente en el texto, además de que también pueden aportar valores semánticos del mensaje adicionales a los que se encuentran en el discurso.

Con todo, estos recursos retóricos se suelen usar para, más allá de embellecer un texto, mantener la atención del receptor y, en muchas ocasiones, ensalzar el mensaje. Mediante ellas se puede hacer que, sobre todo en los textos retóricos, las ideas alcancen a la mayor audiencia posible de forma persuasiva. Como vimos en nuestro artículo sobre la retórica, ya los antiguos pensadores griegos se nutrían de estas figuras literarias o retóricas para otorgar valores en sus discursos que consiguieran convencer a la audiencia de sus argumentaciones.

Así, podemos afirmar que las figuras retóricas nos sirven tanto para valores estéticos del mensaje como persuasivos. Es por ello por lo que las encontramos especialmente en los discursos retóricos y, ante todo, en la poesía. Lo que tienen en común ambas funciones del lenguaje es que se centran más en cómo se expresa el mensaje, cómo se organiza el texto y cómo se presenta al receptor que en el mismo mensaje. Y es por todo ello por lo que las figuras literarias resultan ser tan importantes en la literatura universal.

Imagen: Pinterest

Entraremos ya a conocer los diferentes tipos de figuras literarias para que puedas comprender mejor ante qué tipo de recurso nos encontramos.

Las figuras de dicción se centran en la morfología de las palabras y la forma en las que estas se ordenan en el discurso, aunque también podemos encontrar casos en los que también se juega con los valores semánticos. Normalmente, las encontramos divididas en varios subtipos.

Figuras de transformación

Estas figuras de transformación, las cuales también son conocidas como metaplasmos, se basan en la deformación de las palabras de una forma antinatural.

Con todo, las figuras que encontramos dentro de esta “transformación” serían las de aumento (prótesis, péntesis, paragoge, sinéresis y dialefa), de supresión (aféresis, síncopa, apócope, haplología, contracción, sinalefa y ecthlipsis), de cambio de lugar (metátesis, diástole y sístole) y de debilitación o transformación (asimilación, disimilación, rotacismo, lambdacismo, apofonía, metafonía y asibilación).

Figuras de repetición

Este tipo de figuras literarias se usa, como su nombre indica, para repetir o recurrir de nuevo a un elemento lingüístico que ya haya sido mencionado o usado con anterioridad en el discurso o texto.

Es muy posible que estas repeticiones no se den de forma exacta, sino que sea una especie de aproximación o semejanza. Aquí nos encontramos con la: anadiplosis, anáfora, gradación, epanadiplosis, polisíndeton, (paronomasia, diáfora, políptoton), traductio, antanaclasis, paralelismo (isocolon, parison, correlación), quiasmo y retruécano.

Figuras de omisión

En muchas ocasiones, los elementos lingüísticos deben usarse necesariamente para la comprensión semántica total del mensaje, así como para su buena construcción sintagmática.

Sin embargo, las figuras de omisión, como su nombre indica, se encargan de omitir o evitar un cierto elemento dentro del discurso. En esta clasificación encontramos: asíndeton, elipsis, zeugma, silepsis, aposiopesis, braquilogía y paralipsis.

Figuras de posición

Estas figuras literarias se basan exclusivamente en el orden en el que aparecen los elementos de la oración, configurándolos de una forma, en algunas ocasiones, antinatural y deformando la misma oración. Las figuras de las que hablamos son: hipérbaton, anástrofe, tmesis y synchysis.

Más allá de las figuras literarias de dicción encontramos otro importante bloque de figuras literarias. Estas juegan con el significado de las palabras, más allá de su orden o pronunciación. Es decir, sería el bloque de las figuras semánticas o de pensamiento. Dentro de este bloque encontramos una amplia clasificación.

Figuras de amplificación

Como su nombre indica, este tipo de figuras se encargan de ampliar el significado o la información de algún elemento ya introducido anteriormente en el discurso o texto. Estas figuras de amplificación son: expolitio, interpretatio, paráfrasis, isodinamia, digresión y epifonema.

Figuras de acumulación

Este tipo de figuras literarias se basa en la adición de elementos en el discurso que complementes las ideas ya expuestas anteriormente en el mismo. Entre ellas encontramos la enumeración, distribución, epífrasis y el epíteto.

Figuras de ficción

Como bien podemos intuir, estas figuras se encargan de expresar de forma que parezca real elementos que no lo son. Por tanto, dentro de estas encontramos la personificación o prosopopeya, idolopeya y subiectio.

Figuras lógicas

Estas figuras literarias, como su nombre indica, se basan en las relaciones lógicas que se encuentran entre los elementos o ideas dentro de un mismo discurso. Es aquí, por ejemplo, donde encontramos los antónimos o las contradicciones, por lo que las figuras que componen este bloque serían: la antítesis, cohabitación, paradoja y oxímoron.

Figuras de definición

Estas figuras de definición, también conocidas como figuras de descripción, se fundamentan en las bases del tema concreto del discurso. Esto quiere decir que se basan en expresar lingüísticamente el tema tratado en el texto que aparecen. Entre todas estas figuras literarias encontramos: la definición, prosopografía, etopeya, pragmatografía, topografía, cronografía, retrato y la evidentia.

Figuras oblicuas

Estrechamente ligadas a los tropos (sustituciones figuradas de algún elemento del discurso), estas figuras oblicuas expresan una realidad del texto de forma algo menos directa. Entre ellas encontramos tres principales representantes, las cuales serían: la perífrasis, litotes y la paralipsis.

Figuras de diálogo

Las figuras literarias de diálogo, como su nombre indica también, se fundamentan en el estilo directo del discurso, es decir, la interacción o diálogo. También hay quien las denomina figuras patéticas (del griego pathos), ya que se encargan de aludir al destinatario o receptor y emocionarlo. Entre todas ellas encontramos la exclamación, invocación, deprecación, interrogación indirecta y la optación.

Figuras dialécticas

También conocidas como figuras de argumentación, y como resultaría, por tanto, obvio, estas figuras se fundamentan en la argumentación y su empleo en el discurso. Es aquí donde englobamos: concessio, correctio, dubitatio, communicatio, conciliatio y paradiástole.

Y ahora que ya conocemos los tipos, vamos a conocer los diferentes ejemplos de figuras literarias que te ayudarán a comprender cómo se usan y la funcionalidad que cumplen en un texto.

Anadiplosis

Eres muy buena persona
persona que no encuentra su lugar en el mundo.

Polisíndeton

Aunque te vea, aunque te sienta,

aunque me tengas, todavía te echo de menos.

Asíndeton

Goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada

[Luis de Góngora, Mientras por competir con tu cabello]

Paráfrasis

A caballo regalado no le mires el diente. Es decir, no desprecies algo que se te regalado de forma totalmente gratuita y desinteresada.

Enumeración

• Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.
• Son solo esos días los que pienso en ti.

Personificación

El cielo andaba dando tumbos, parecía triste. Seguro que iba a llover.

Oxímoron

• Noche clara
• Luz oscura

Paralipsis

No voy a ponerme ahora a recordarte que mañana tenemos partido de futbol a las tres de la tarde en el campo de al lado de mi casa.

Interrogación indirecta

No sabemos qué pasará si no vamos a jugar a casa de Juan hoy.

Si deseas leer más artículos parecidos a Figuras literarias: tipos y ejemplos, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Conceptos literarios.