Qué es la farsa - con ejemplos
Cuando hablamos de la farsa estamos haciendo referencia a un subgénero dramático menor que forma parte de la comedia, por lo que se caracteriza por tener momentos divertidos, graciosos y, siempre, con un trasfondo satírico. Este tipo de texto dramático se basa en la realidad, pero va un paso más allá porque exagera los hechos para causar la risa y la crítica de lo representado. En esta lección de unProfesor vamos a descubrir qué es la farsa con ejemplos, analizando las características de este subgénero que tanto éxito tuvo en la Antigüedad y que, en la actualidad, también sigue triunfando.
Qué es la farsa: definición fácil
Comencemos con la definición del concepto de farsa para comprender mejor ante qué tipo de texto dramático nos encontramos. La farsa es un texto breve y satírico que presenta personajes fácilmente reconocibles en la sociedad, pero con comportamientos exagerados que sirven a modo de crítica de su representación en la sociedad. Un texto burlesco y cómico con el que, no solo se pretende divertir, sino también lanzar un mensaje social desde la comedia y el humor.
Etimológicamente hablando, la palabra "farsa" proviene del término latín "farcire" que significa "rellenar". Y es que, en la Antigüedad, estos textos dramáticos de carácter breve se empleaban como relleno en los entreactos de las obras grandes; un formato que en España Miguel de Cervantes imitaría para crear sus célebres "Entremeses".
Aunque ya nos encontramos con farsas en el teatro griego, lo cierto es que el género tuvo su máximo esplendor durante el Renacimiento y, de hecho, era común que estas breves obras fueran los interludios de las obras más grandes y servían para complementar la función o para "rellenar".
Muchos estudiosos de la literatura ven en la farsa el origen del teatro del absurdo, un subgénero dramático propio de la Edad Contemporánea y que tiene elementos muy parecidos a la farsa: personajes exagerados, situaciones llevadas al extremo, crítica social, etc.
Origen de la farsa
Ahora que ya conocemos qué es la farsa, vamos a ahondar en los orígenes de este subgénero dramático para conocer mejor cuáles son sus raíces.
Como ya hemos indicado, las primeras farsas tuvieron lugar en el teatro clásico de Grecia, la primera civilización en la que se cultivó el teatro. Las farsas se empleaban para entretener al público en los intermedios de las obras grandes, cuando tenía lugar el cambio de escenario, de personajes, etc. En estos momentos, las farsas se encargaban de entretener con risas y situaciones disparatadas que aligeraban las tragedias que se solían representar en la Grecia clásica.
Aunque en aquel momento no dejó de ser un género menor, lo cierto es que en el Renacimiento es cuando más se empezó a cultivar y a definir la farsa tal y como la conocemos en la actualidad. Durante el Siglo de Oro, las farsas nutrieron los intermedios de las obras teatrales e influenció a la creación de un género propio español como son los entremeses y donde Cervantes destacó con sus piezas breves.
En el siglo XVIII, la farsa también influenció sobremanera en Italia y, hoy en día, hay un género de la ópera que se conoce como farsa y que hace referencia a una ópera cómica que trata temas sociales desde un punto de vista satírico e irónico.
Características de la farsa
Para terminar de comprender mejor qué es la farsa, es importante que descubramos los elementos característicos de este subgénero dramático. Por eso, a continuación, vamos a enumerar las principales características de la farsa que te ayudarán a detectar más rápidamente los textos que forman parte de este subgénero:
- Inspiración en la realidad. Las farsas tienen su fuente de inspiración en la realidad, en la sociedad y en personajes propios del mundo actual.
- Tono burlesco y satírico. Una de las características de la farsa más conocidas es que estos textos están escritos siempre con un tono cómico, donde abunda la burla y la sátira.
- Crítica social. Las farsas se escriben, no solo para entretener, sino para comunicar un mensaje social y lanzar una crítica hacia la sociedad o hacia el sistema.
- Personajes reconocibles. Los personajes de la farsa siempre son personajes que forman parte de la sociedad y que son fácilmente reconocibles por la sociedad; solo así, el tono crítico se puede cumplir y los espectadores pueden captar mejor el mensaje de la obra.
- Interpretaciones exageradas. La farsa no es una obra natural ni realista; es un tipo de obra muy subida, con un argumento rocambolesco y con personajes caricaturescos y grotescos que se encargan de protagonizar la trama.
- Final feliz. Al ser un subgénero de la comedia, la farsa acostumbra a tener un final feliz en el que los personajes acaban bien y donde la historia termina de manera positiva.
- Lenguaje coloquial. El registro del lenguaje que se emplea en la farsa es coloquial para que, así, todos los espectadores puedan captar la esencia de la obra y de los personajes.
Ejemplos de farsa en la historia: desde la Antigüedad hasta la actualidad
Terminamos esta lección hablando de algunos ejemplos de farsa a lo largo del tiempo. Como ya hemos comentado, este subgénero es muy antiguo y, de hecho, en los mismos orígenes del teatro ya nos encontramos con textos de farsa. Por tanto, hay una gran cantidad de ejemplos de farsa en nuestra historia literaria y, dependiendo de la época en la que nos encontremos, los textos presentan unas características u otras.
Ejemplo de farsa en la Grecia clásica
Las farsas de la Antigua Grecia solamente buscaban entretener al público con interpretaciones extravagantes y con un tipo de comedia un tanto exagerada, casi absurda. Pero los dramaturgos aprovechaban esa naturaleza literaria para dar rienda suelta a su crítica a los gobernantes o personalidades destacadas de la sociedad de la época.
El principal exponente de la farsa clásica es, por supuesto, Aristófanes, un escritor clásico que cultivaba un lenguaje más poético, pero igualmente satírico.
Ejemplos de farsa en la Antigua Roma
La farsa griega también se encontró en autores romanos; de hecho, Plauto es uno de los poetas más vinculados a este subgénero dramático. Un ejemplo de farsa de Plauto es "Los Menecmos", donde dos gemelos separados al nacer viven una gran cantidad de confusiones en su vida adulta porque todos los confunden.
La diferencia principal entre las farsas griegas y las romanas era que, en Roma, había una mayor tendencia a lo grotesco y, por eso, las farsas eran mucho más divertidas, aunque con un lenguaje menos pulido y menos "poético"
Ejemplo de farsa en la Edad Media
En la Edad Media es cuando hubo un mayor apogeo de la farsa, en parte, porque el cristianismo apostó por la creación de espectáculos de índole teatral para difundir la palabra de Dios entre la población popular. Además de espectáculos puramente religiosos, se le debe a la iglesia la creación de espectáculos más festivos como, por ejemplo, los carnavales, que tienen un tono de farsa al 100%.
La Farce de Maître Pathelin es un claro ejemplo de farsa en el medievo, un texto considerado como una obra maestra y que lanza una fuerte crítica a la justicia de la época.
Ejemplos de farsa en el Renacimiento
En esta época es cuando resurgió la farsa, ya que los literatos volvieron la vista a los clásicos y descubrieron este género que había pasado desapercibido en su momento y que, ahora, era recuperado para darle un aire nuevo. Es por ello que en el Renacimiento fue cuando se empezó a formar la farsa tal y como hoy en día la conocemos.
En España, la influencia de la farsa hizo que se crearan los pasos y los entremeses y un claro ejemplo de estas obras son Pasos de Lope de Rueda y los Entremeses de Cervantes. En Italia, la influencia de la farsa propició la creación de un tipo de subgénero dramático conocido como la Commedia dell'Arte. En ambos casos, estas creaciones tenían un tono burlesco, con situaciones disparatadas y con un claro mensaje de crítica social en el trasfondo.
Otro ejemplo de farsa durante este periodo es el claro ejemplo de Molière, autor que escribió maravillosas obras satíricas como, por ejemplo "Las preciosas ridículas".
Ejemplos de farsas en el XX
Terminamos este repaso a los ejemplos de las farsas para hablar, ahora, de las creaciones más próximas a nuestra época. En el siglo XX encontramos una gran influencia de este subgénero dramático y, por ejemplo, en España tenemos a Enrique Jardiel Poncela y su "Eloísa está debajo de un almendro", todo un clásico de la farsa contemporánea y un claro precedente del teatro del absurdo español.
De hecho, como ya hemos puntualizado, muchos estudiosos consideran que la farsa es la base sobre la que se creó el género actual bautizado como teatro del absurdo y que, hoy en día, cuenta con autores célebres como, por supuesto, Samuel Beckett y su "Esperando a Godot", todo un clásico del teatro contemporáneo.
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- Vega, E. J. P. (2001). Formas del teatro breve español en el siglo XX (1892-1939) (Doctoral dissertation, Universidad Complutense de Madrid).
- Ezquerra, J. M. (1984). La farsa medieval en Francia: temas y situaciones dramáticas. Universidad de Oviedo, Facultad de Filosofía y Letras.
- Zizek, S. (2011). Primero como tragedia, después como farsa (Vol. 10). Ediciones Akal.