El origen de la cultura según Freud

El origen de la cultura es una de las cuestiones que más se ha debatido a lo largo de la historia de la filosofía por pensadores como Thomas Hobbes, John Locke o Jean-Jacques Rousseau.

En este sentido, también tenemos a Sigmud Freud preguntándose sobre qué es lo que hace vivir al hombre en cultura. Así, para contestar a dicha cuestión, analiza el comportamiento de los simios superiores y de las tribus primitivas, para después relacionarlos entre sí y comparar sus diferentes comportamientos con el objetivo de establecer una hipótesis sobre qué es lo que ha sucedido entre una situación y otra. Es decir, desentrañar cómo se ha llegado a la cultura:

• Comportamiento de los simios: Los clanes de los simios están formados por el macho dominador/alfa, las hembras y los machos dominados. En estos clanes la convivencia se basa en una dictadura sexual: el macho alfa dispone de todas las hembras (es el único que tiene desentendencia) y los machos dominados tiene que respetar, aunque a veces entran en lucha para convertirse el alfa. Sea como fuere, todos tienen que respetar al líder.
• Comportamiento de las tribus: Todas las tribus primitivas tiene dos elementos comunes: el tótem o animal divinizado del que todos descienden y el tabú o prohibición sagrada (por ejemplo, no comer carne del animal que representa su tótem).
• La relación entre sí/ surgimiento de la cultura: Según Freud, la relación entre ambas (simios y tribus) daría lugar al origen de la cultura al existir un símil entre las dos: En un momento dado, los simios dominados se ponen de acuerdo para matar a alfa, pero lo divinizan como un padre sagrado (=complejo de Edipo) y nace el tótem (recuerdo ancestral), ya que, “el padre sacrificado” es sublimizado como un nuevo Dios. El cual, a su vez, se convierte en un tabú, ya que, su carne no se puede comer. Es ahí dodne nacería el origen de la cultura, cuando el grupo ya impone unas normas morales y sociales que se interiorizan (=conflicto neurótico).

Según Sigmund Freud, el malestar de la cultura se ubica en el surgimiento del miedo interno, es decir, cuando la prohibición ya no es externa sino interna o cuando el individuo ya ha interiorizado una norma social.

Para nuestro protagonista, esto se desarrolla cuando el macho dominante ha desaparecido: antes de su desaparición, alfa prohibía al resto mantener relaciones con sus hembras (prohibición externa), pero una vez divinizado el grupo se lo prohíbe a sí mismo (prohibición interna). Surge así el conflicto del sentimiento de culpa (= cuando hago algo que está mal me siento culpable).

“… El sentimiento de culpa es el problema más importante del desarrollo cultural, y mostrar que el precio del progreso cultural debe pagarse con el déficit de dicha provocado por la elevación del sentimiento de culpa…”

Precisamente, esto sucede cuando yo interiorizo una prohibición-norma y, por eso, Freud nos dice que el hombre que vive en sociedad vive en una situación de malestar. Malestar que reside en el hecho de que el hombre no puede satisfacer sus instintos más primarios, ya que, las normas sociales coartan dicha satisfacción. Lo cual, es el origen del superyó.

Imagen: Docsity

Para entender en su totalidad qué nos dice Freud sobre malestar de la cultura, debemos acudir a su teoría del psicoanálisis, ya que, está íntimamente ligada a su idea de cultura.

De esta forma, nuestro protagonista establece que la mente humana se compone de tres partes o personajes (segunda tópica):

• El Ello: La parte de la mente que está destinada a satisfacer nuestros impulsos, es la parte más primitiva y se sitúa en el inconsciente de nuestra mente.
• El Yo: Es la parte que nos ayuda a enfrentar la realidad y la que se erige como mediadora entre el Ello y el Superyó. Se sitúa en el consciente, inconsciente y preconsciente.
• El Superyó: Es la parte en la que desarrolla todo aquello que el individuó recoge de su cultura, la norma moral interiorizada. La que nos dice lo que es moral o ético y la que nos prohíbe. Se ubica en el consciente, inconsciente y preconsciente.

Así, Freud, va a afirmar que el individuo que vive en sociedad tiene un conflicto neurótico (vive en malestar) debido a que ha interiorizado una serie de normas sociales que le prohíbe cumplir sus deseos más primarios o instintos más naturales. Dicha idea, Freud, la vincula directamente a dos principios:

• Principio de placer: El placer que obtenemos cuando satisfacemos una necesidad o deseo.
• Principio de realidad: Las normas establecidas por una sociedad o cultura que controla (castra) la necesidad de satisfacer nuestro deseo primario.

Freud establece que la principal función de la cultura/sociedad es la de reprimir los instintos, controlar la parte animal y castrar las pulsiones (instintos que nos llevan hacia la autodestrucción/violencia –tánatos- o supervivencia –eros-) del ser humano desde dentro, mediante la norma. Por ejemplo: Una persona siente placer al comer con las manos, pero solo lo hace en su casa y no en un restaurante porque la norma establece que no está bien y no es adecuado.

Por tanto, la cultura a través del principio de realidad va a reprimir el principio de placer y va a convertir al ser humano en un ser manejable, maleable, manipulable y que no es totalmente libre.

De ahí que Freud nos diga que el individuo occidental es un enfermo (=conflicto neurótico), ya que, el excesivo raciocinio (cogito cartesiano= “Pienso, después existo” de Descartes) ha creado una sociedad burguesa muy controladora. Es decir, el progreso ha supuesto un alto precio al individuo.

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