Filosofía de Kierkegaard : resumen

La verdad es subjetividad, dice Kierkeegard ya que no determina de ninguna manera la existencia. No se trata de una cuestión epistemológica, sino que es más bien una cuestión ética. Lo qué importa cuando una persona habla de verdades objetivas, como por ejemplo: el sol calienta, no es necesario volver a debatir sobre el tema. Una vez que se conoce este dato, queda guardado para siempre. En estos casos, uno se pregunta por el “qué”.

Pero no ocurre lo mismo con la verdad de la existencia humana, que es subjetiva, que es algo que no se puede ver, ni oír, ni tocar. Lo importante aquí es el “cómo”.

Pues bien, si para Kant había 12 categorías, que constituían las condiciones de posibilidad del conocimiento, o para Aristóteles 10 modos de ser, Kierkeegaard las va a reducir a una: el individuo.

Para conocer la filosofía de Kierkegaard también debemos conocer las nociones que tiene acerca del individuo. Para el filósofo, el individuo no es “uno” desde el principio, sino que es un ser dialéctico, con capacidad de ser, que se va haciendo.

En esa oposición, el individuo llega a ser, y esa síntesis, constituye la unidad de sus distintas dimensiones. Pero no todos los seres humanos llegan a alcanzar esta síntesis. Esto es una cuestión de elección, que es la que el individuo hace desde su libertad, entendiéndose desde el Absoluto, pero al mismo tiempo, sabiéndose dependiente de Dios.

“Toda la confusión de los tiempos modernos consiste en haber olvidado la diferencia absoluta, la diferencia cualitativa entre Dios y el mundo”.

Imagen: Slideshare

Kierkeegaard habla de distinto niveles de composición en el individuo, a saber:

1. Síntesis de alma y cuerpo

Esta síntesis constituye el “espíritu”, que pone ambas partes en relación y se despierta la autoconciencia. El alma se enfrenta al cuerpo, a través del espíritu, y entonces, el “yo” se conoce a él, y al mundo que lo rodea. Nace el individuo como tal, que se constituye a sí mismo como autoafirmación.

2. Síntesis de finitud e infinitud

Es la condición necesaria para el despertar de la autoconciencia, del “yo”. De no producirse esta síntesis, el ser humano caerá en la desesperación, creyéndose ilusoriamente un ser finito, y negando su propia condición finita. Por lo tanto, se niega a él mismo. Esta clase de ser, ha perdido su al no verse enfrentado a un Dios.

No se trata de escoger:

“el yo es la síntesis consciente de infinitud y finitud, que se relaciona consigo misma, cosa que solo puede verificarse relacionándose uno con Dios. Ahora bien, llegar a ser sí mismo significa que uno se hace concreto. Pero hacerse concreto no significa que uno llegue a ser finito o infinito, ya que lo que ha de hacerse concreto es ciertamente una síntesis”. El ser humano es un ser concreto, junto a Dios, y no una abstracción.

3. Síntesis de necesidad y posibilidad

El ser humano es posibilidad, pero también necesidad, y si se olvida de esto último, caerá en la desesperación perdido en la inmensidad de la elección. El “yo”, entonces, no es más que una ilusión, ha de dejado de ser porque ha sucumbido ante la posibilidad de ser. La realidad, ya no tiene ningún sentido. Es un ser irreal dominado por la necesidad de su yo, que no tiene límites. Es por tanto, un fantasma, una abstracción.

“El yo es tanto posible cuanto necesario; ya que sin duda es sí mismo, pero teniendo que hacerse. En tanto que es sí mismo se trata de una necesidad, y en cuanto ha de hacerse estamos ante una posibilidad”.

4. Síntesis de tiempo y eternidad

Se trata del nexo de unión de toda su filosofía, ya que cuando no se da esta síntesis es cuando surge la angustia. Estas síntesis tiene lugar en el momento o el instante. Esta es la “expresión” de la síntesis entre el cuerpo y el alma en el espíritu.

Cuando el individuo vive únicamente la temporalidad, que no es más que una sucesión inconexa de momentos, sin ninguna dirección, y la eternidad es concebida en un sentido abstracto, entonces, cae en la angustia.

El ser Kierkeegaardiano es un ser individual, dialéctico, en proceso, como consecuencia y finalizado teológicamente.

Terminamos este resumen de la filosofía de Kierkegaard para conocer los diferentes estadios existenciales que menciona el filósofo. Según la conciencia individual es posible atravesar distintos estadios existenciales. Estos son:

El estadio estético

Es el nivel más bajo de vida humana, no hay unidad alma-cuerpo, ni por tanto, espíritu. La persona no tiene autoconciencia, ni un yo.

El estadio ético

El fin de la vida estética y en esta fase el ser humano cae en la desesperación, provocando el nacimiento de la ética. Cuando uno es consciente de que lo inmediato no puede dar sentido a la existencia, entonces, se da cuenta que lo único que puede hacer es fundirse con lo Absoluto. Por lo tanto, hay que escoger libremente la desesperación, que dará lugar a la vida auténtica.

El estadio religioso

Así, el ser humano llega a un estadio religioso en el que se encuentra con él, como algo distinto a él. El individuo se relaciona con Dios en la fe y esto se hace de golpe “todo movimiento de infinitud sucede con pasión y ninguna reflexión puede suscitarlo. Este es el salto continuo que explica el movimiento en la existencia, mientras que la mediación es una quimera que debe explicarlo todo en Hegel y al mismo tiempo es lo único que él no intentó explicar”.

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