La metafísica en la filosofía: definición sencilla

Casualidad o no, lo cierto, es que esta segunda denominación, no se aleja para nada del objeto de esta disciplina, que nace para encontrar lo que se esconde detrás de los objetos físicos, es decir, de las cosas de la “Naturaleza”. Pero para algunos autores, la clasificación no es producto del azar, ya que, si bien la metafísica en la filosofía, constituye lo primero en el orden de los principios, no es así en el orden de los conocimientos.

Para nosotros, la metafísica constituye un saber posterior al saber de las cosas naturales. Esto significa, que lo primero por naturaleza, no es lo mismo que lo primero para nosotros y que las cosas particulares, aquellas que pueden ser percibidas por los sentidos, aun sin ser fundamentales, son conocidas con anterioridad. En cambio, las causas primeras, las causas universales y necesarias, aquellas que más apartadas se encuentran de la percepción sensible, son posteriores en el orden el conocimiento, aunque lo primero en el orden de lo real.

Imagen: Emilio Silvera Vázquez

Todo hombre desea, por naturaleza, saber, escribe el de Estagira al principio de esta obra, y por eso, la metafísica o ciencia de los primeros principios, es deseable por sí misma, y constituye, para el filósofo, la sabiduría por excelencia.

Aristóteles, define la metafísica o filosofía primera, como la ciencia del ser en cuanto ser, y constituye un tipo de conocimiento diferente y más elevado que el saber de las cosas físicas, que se ocupa únicamente de una parte del ser. La filosofía primera investiga los primeros principios, es decir, los axiomas que pueden aplicarse a toda substancia. No se centra, pues, como la física, en las cosas concretas, sino en aquellas más abstractas y fundamentales.

Aristóteles, también llama filosofía teológica a la ciencia del ser en cuanto ser, ya que estudia la substancia primera, aquella que es la causa del movimiento de todo lo demás, siendo ella misma inmóvil, o lo que el llamaría primer motor o Dios. Según el filósofo, existe un ser inmóvil e inmutable, que es la causa del movimiento de todo lo demás. Y de esto es de lo que se ocupa la metafísica, de aquello que no cambia, de lo que permanece inmóvil. Porque el movimiento y el cambio, son inherentes a las cosas sensibles, de las cosas de la naturaleza, y por eso, este tipo de conocimiento, entraría en el campo de la física.

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Así, pues, la metafísica tendría un objeto ontológico, pero también teológico, lo que ha sido motivo de no pocos debates y discusiones, sobre la importancia de un aspecto u otro en la filosofía aristotélica. Porque, como defiende Gómez Lobo, al mismo tiempo que afirma que solo puede hablarse de algo en tanto que existe y no por sus cualidades, también estudia los distintos tipos de causa, materia y forma, la existencia de objetos matemáticos o Dios.

No se trata de una obra sistemática, por lo que, investigadores como Pierre Aubenque, en El Problema del Ser en Aristóteles, defiende que el filósofo griego, no llegó a terminar su investigación, debido principalmente, a la dificultad de las cuestiones a tratar y a la falta de heterogeneidad de la obra.

Tomás de Aquino, recoge la filosofía aristotélica y define la metafísica como el discurso del ente, sobre el ente. Para el filósofo, la filosofía primera es la ciencia de la verdad, y no de cualquier verdad, sino de aquella verdad que es origen de toda verdad, es decir, que pertenece al primer principio por el cual todas las cosas son… la fuente de toda verdad. La metafísica, tiene por objeto el estudio de las primeras causas, siendo la causa primera, Dios, o lo que es lo mismo, la verdad.

Para este filósofo, existen una relación de dependencia entre la filosofía primera o metafísica y la teología, entre la razón y la fe, estando la primera sometida a la segunda. Porque la teología, es una ciencia superior y nunca puede ser contradicha por la verdad de la filosofía, ya que de ser así, no sería verdad, y por tanto, habría de ser revisada. La verdad, para Santo Tomás, solo es una. No hay una verdad para la filosofía y otra para la teología, independientes una de la otra, como sostenía Averroes, sino una única verdad que puede ser conocida, tanto desde la razón, como de la fe.

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