Qué es la teoría contractualista
En esta lección de unPROFESOR te explicamos qué es la teoría contractualista y quiénes son sus principales representantes. El contractualismo es una corriente moderna de filosofía política y del derecho, que ofrece una explicación del Estado y la sociedad, a partir de un contrato o pacto original entre los seres humanos, mediante el cual, ceden parte de sus libertades, a cambio de seguridad.
Hobbes, Locke, Rousseau, Rawls o Habermas, son los máximos defensores de la teoría contractualista, y han influido, de alguna manera, en la actual estructura de los Estados democráticos, en especial, en la guerra de independencia norteamericana y en la revolución francesa. Si quieres saber más acerca de la teoría contractualista, continúa leyendo esta lección. ¡Empieza la clase!
- ¿Qué es el contractualismo en filosofía?
- La teoría contractualista: definición sencilla
- La teoría contractualista: causas y consecuencias
- Principales representantes de la teoría contractualista
- ¿Qué es el contractualismo según Rousseau?
- ¿Qué es el contractualismo según Locke?
- El contractualismo contemporáneo de Rawls y Habermas
- ¿Qué diferencia hay entre Hobbes, Locke y Rousseau?
¿Qué es el contractualismo en filosofía?
El contractualismo se puede definir como aquella teoría filosófica que explica el origen y legitimidad de las normas política y sociales mediante la idea de un “contrato” o acuerdo entre los individuos. Según esta perspectiva, las personas, en un hipotético estado natural en el que no existen leyes ni autoridades, decidieron establecer un conjunto de reglas que garantizasen la convivencia y la cooperación. Un contrato, denominado contrato social, que se justifica porque las normas y las autoridades son necesarias para conseguir proteger los derechos y promover la seguridad y el bienestar de todas las personas.
El contractualismo se basaría en la idea de que la sociedad en la que vivimos sería el resultado de un acuerdo racional entre las personas con el objetivo de evitar conflictos y proteger sus intereses. Aunque esta teoría aparece ya en la filosofía antigua, fue desarrollada en profundidad por filósofos como Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques Rousseau, ofreciendo cada uno una versión diferente de lo qué es el contrato social.
- Así, para Hobbes, el estado de la naturaleza era caótico y la vida humana era brutal y pobre, viviendo en un estado de miedo ante la violencia y la muerte. Una situación por la que el ser humano se veía en la obligación de ceder su libertad ante un gobierno fuerte, el Leviatán, a cambio de seguridad y orden.
- En cambio, Locke partió de un punto de vista más optimista, siendo así que el estado natural era más agradable para el ser humano al contar con derechos naturales como la vida, la libertad y la propiedad. Un lugar en el que las personas acordaban forman gobiernos al fin de proteger la vida, la libertad y la propiedad.
- Por último, Jean-Jacques Rousseau creía que las personas en estado natural eran libre e iguales, corrompiéndose esa condición en la sociedad moderna. Por ello, Rousseau consideró que el contrato social debía garantizar la igualdad y la libertad, con énfasis en la voluntad general como fuente de legitimidad política. Las decisiones políticas representaban el bien común.
La teoría contractualista: definición sencilla
El contractualismo fue la respuesta a una situación de dominación por parte del poder político, hasta el siglo XVII, ilimitado y justificado por la asunción de que el poder del Rey, venía de Dios, y los seres humanos, que viven en sociedad conforme a unas reglas, no son más que sus súbditos. El mismo Aristóteles defendía que los esclavos, lo son por naturaleza.
Pero la sociedad moderna, trae consigo una serie de cambios políticos y sociales que derivan en la mayor crisis vivida en Occidente hasta el momento.
La teoría contractualista: causas y consecuencias
El contractualismo, fue la respuesta a una situación de dominación por parte del poder político, hasta el siglo XVII, ilimitado y justificado por la asunción de que el poder del Rey, venía de Dios, y los seres humanos, que viven en sociedad conforme a unas reglas, no son más que sus súbditos. El mismo Aristóteles defendía que los esclavos, lo son por naturaleza.
Pero la sociedad moderna, trae consigo una serie de cambios políticos y sociales que derivan en la mayor crisis vivida en Occidente hasta el momento.
Causas del contractualismo
- En Europa, se derrumba el Antiguo Régimen, que se caracterizaba por ser un sistema político y social en el que el poder, se dividía en distintas relaciones de dependencia. El siervo, obedecía al señor, a cambio de protección y todos, obedecían al rey.
- Aparece una nueva clase social, la burguesía, independiente, política y económicamente, que se revela, y demanda cambios sociales. La Revolución Francesa de 1789 es un ejemplo.
- Los cambios en las sociedades europeas, se extienden hasta el continente americano, que exige su independencia. Un ejemplo lo tenemos en la guerra de la independencia de los EE.UU en el año 1775.
- Se produce, al mismo tiempo, una progresiva pérdida (pero no total) del poder religioso, que cada vez, tiene menos influencia en el terreno político. Ya nadie se cree que el Rey lo sea por la gracia de Dios, y por lo tanto, es necesario ofrecer otra teoría que justifique el poder del gobierno, su origen y su legitimidad.
- La Ilustración, trae consigo nuevos valores de emancipación y autonomía personal y hay una fuerte convicción, de que el conocimiento, el poder de la razón, puede acabar con todos los males que atacan a la sociedad.
- La revolución científica, la revolución industrial y todos los cambios políticos y sociales, provocan la caída del Antiguo Régimen, y el ciudadano, sustituye al súbdito. El ciudadano, al contrario que el siervo, es un ser humano dotado de razón y poseedor de ciertos derechos, como la autonomía moral, lema del movimiento ilustrado, o la emancipación política.
Consecuencias de la teoría contractualista
Como consecuencia de los cambios sociales, se produce en Europa una crisis política, desconocida hasta el momento, si bien cada país la sintió con diferente intensidad, y no todas acabaron en una revolución. Pero la realidad, es que, los regímenes políticos europeos y americanos cambiaron, dejando a la teoría contractualista, como única sustituta del Antiguo Régimen, ya derrumbado.
Principales representantes de la teoría contractualista
- Thomas Hobbes establece las bases de la teoría contractualista en un intento de defender el absolutismo monárquico, pero sin saberlo, estaba provocando su caída. El Leviatán, su obra cumbre, Hobbes nos traslada a un imaginario estado de naturaleza en el que los seres humanos viven libres e iguales. Pero como son igualmente poderosos, la consecuencia es la “guerra de todos contra todos”, o en sus propias palabras, “bellum omnium contra omnes”, lo que se resume perfectamente en la frase: “el hombre es un lobo para el hombre” o en latín “homo homini lupus”. Así, a cambio de seguridad, surge el Estado, a partir de un pacto por el que el ser humano cede parte de sus derechos por protección.
- John Locke, en sus Dos tratados sobre el gobierno civil, defiende la existencia de un estado originario en el que los seres humanos gozaban de ciertos derechos naturales:, como el derecho a la vida, libertad y propiedad, pero, a falta de un gobierno, estos derechos quedan totalmente desprotegidos. Por ello, para garantizar que todos los seres humanos puedan vivir en paz, ceden parte de sus derechos al soberano, y a cambio, el soberano debe cumplir lo pactado, de lo contrario, su poder será revocado.
- Para Rousseau (El contrato social), que tiene una visión más ingenua, el ser humano es bueno por naturaleza, y en ese estado originario, vive en paz y armonía con el resto de los seres humanos. Es precisamente la aparición del Estado lo que lo corrompe. La solución de este pensador, es la asamblea. Cada ciudadano debe someterse a la voluntad general, a la voluntad de todos, en una defensa de la democracia directa.
¿Qué es el contractualismo según Rousseau?
Para Rousseau, el contractualismo es una teoría filosófica que explica el origen de la sociedad y del Estado a través de un acuerdo o contrato social.
Así, en su obra El contrato social (1762), Rousseau mantiene que, a medida que la población crece también lo hacen los problemas, especialmente los relacionados con la propiedad privada y las desigualdades. Esta situación condujo a que los humanos decidieran unirse y establecer un contrato social. Este contrato no era simplemente un acuerdo entre individuos y un gobernante, sino un pacto en el que todos los miembros de la sociedad renunciaban a sus libertades naturales en favor de una “voluntad general”. La voluntad general representa los intereses comunes de la comunidad, y los ciudadanos se comprometían así a seguirla para garantizar la justicia.
En ese contexto, Rousseau introduce la idea de que la soberanía reside en el pueblo y que el gobierno debe actuar como un agente de la voluntad general, no como un poder autónomo. El objetivo del contrato social es preservar la libertad y la igualdad de los individuos mediante una estructura política que promueva el bien común. Si un gobierno deja de cumplir con este propósito, el pueblo tiene el derecho de cambiarlo, ya que la legitimidad del poder emana de la colectividad y no de una autoridad superior.
Rousseau, así, destaca la importancia de la participación activa de los ciudadanos en la vida política para conseguir mantener una sociedad equitativa y justa.
¿Qué es el contractualismo según Locke?
El contractualismo según John Locke es una teoría política que explica el origen de la sociedad y del gobierno como fruto de un contrato social, basado en el consentimiento mutuo entre individuos racionales. Estas ideas están expuestas en la obra Segundo tratado sobre el gobierno civil (1690).
Sea como fuere, el estado de naturaleza tiene sus limitaciones al no existir una autoridad imparcial para resolver los conflictos o proteger adecuadamente estos derechos. Por eso, los individuos deciden formar una sociedad y establecer un gobierno gracias al contrato social. En este pacto, las personas aceptan ceder parte de su libertad natural a una autoridad que garantice el orden y la protección de sus derechos fundamentales, un cambio de la seguridad y estabilidad que le proporciona.
Locke subraya que el gobierno ha de ser limitado y tener como principal objetivo la protección de los derechos naturales de los ciudadanos. Si el gobierno abusa de su poder o deja de cumplir su función, los ciudadanos tienen el derecho de revocar su consentimiento y modificar o abolir ese gobierno. De esta manera, Locke establece las bases de un sistema político basado en el respeto a los derechos individuales y en la idea de que la autoridad legítima proviene del consentimiento.
El contractualismo contemporáneo de Rawls y Habermas
El contractualismo contemporáneo, influido por Kant, pone su foco de atención en la forma del contrato, y no en su contenido, es decir, de la lógica interna que posibilita la toma de decisiones.
- Rawls por ejemplo, habla de la posición ideal de las partes del contrato, o lo que el llama, “un velo de ignorancia”. Desde aquí, el contratante no conoce el puesto que ocupa tras el pacto, lo que favorece la toma decisiones justas.
- Para Habermas, serían las “condiciones ideales de diálogo” comunicación social, y por tanto, fundamentales para la comunicación política y social, y serían las condiciones necesarias para el pacto, a saber: no violencia, igualdad, seriedad.
¿Qué diferencia hay entre Hobbes, Locke y Rousseau?
Los filósofos Hobbes, Locke y Rousseau desarrollaron unas interesantes e influyentes teorías sobre el contrato social, aunque son claramente distintas en lo que al enfoque se refiere:
Hobbes nos muestra una visión pesimista de la naturaleza humana y el estado natural. Para él, la vida en el estado de naturaleza era pobre, brutal y corta. Además, el señalaba cómo:
- Los seres humanos eran egoístas y estaban en un estado de conflicto constante.
- El contrato social surgía de la necesidad de seguridad y orden.
- Los individuos cedían todos sus derechos a un soberano absoluto (Leviatán) a cambio de protección.
- El gobierno resultante es la monarquía absoluta con poder ilimitado.
En cambio, Locke partió de una perspectiva más optimista sobre la naturaleza humana y el contrato social:
- Para él, el estado de la naturaleza es relativamente pacifico, pero inseguro.
- Los individuos poseen derechos naturales a la vida, la libertad y la propiedad.
- El contrato social se establece para proteger estos derechos naturales.
- El gobierno resultante es limitado y ha de respetar los derechos individuales.
- Si el gobierno no respeta estos derechos, los ciudadanos tienen el derecho a la revolución.
Por último, Jean-Jacques Rousseau presenta una visión única del contrato social:
- El estado de naturaleza era ídilico, con seres humanos viviendo en armonía.
- La sociedad y la propiedad privada corrompieron la naturaleza humana.
- El contrato social ha de restaurar la libertad natural en un contexto politico.
- Propuso la idea de la “voluntad general” como base del gobierno legítimo.
- El gobierno ideal es una democracia directa donde los ciudadanos participan activamente.
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Rousseau, J.J . El Contrato Social. Editorial Tecnos, 1988
Locke, J. Dos Tratados Sobre el Gobierno Civil. Ed. Alianza. 2015
Hobbes, T. Leviatán o La Materia, Forma y Poder de un Estado Eclesiástico Y Civil. Ed. Alianza. 1999.